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Ezequiel 31:3 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 He aquí era el asirio cedro en el Líbano, hermoso en ramas, y de frondoso ramaje y de grande altura, y su copa estaba entre densas ramas.

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Biblia Reina Valera 1960

3 He aquí era el asirio cedro en el Líbano, de hermosas ramas, de frondoso ramaje y de grande altura, y su copa estaba entre densas ramas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Eres como la poderosa Asiria, que alguna vez fue como un cedro del Líbano, con hermosas ramas que daban una intensa sombra al bosque y su copa llegaba hasta las nubes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Tú eras un cedro del Líbano de magníficas ramas y de abundante follaje, de altura tan grande que alcanzabas las nubes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 He aquí el cedro del Líbano,° De hermosas ramas, frondoso ramaje y elevada altura, Cuya copa se destaca entre las nubes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 He aquí un cedro del Líbano de hermoso ramaje, un bosque de sombra de elevada talla; hasta las nubes se elevaba su copa.

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Ezequiel 31:3
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Éstas son las visiones de mi cabeza cuando estaba en mi cama: Me parecía que veía un árbol en medio de la tierra, cuya altura era grande.


Así dice el Señor Jehová: Y yo tomaré el más alto de los renuevos de aquel alto cedro, y lo plantaré; del principal de sus renuevos cortaré un tallo, y lo plantaré sobre una montaña alta y eminente.


Y el escaramujo respondió a los árboles: Si en verdad me elegís por rey sobre vosotros, venid, y aseguraos debajo de mi sombra; y si no, fuego salga del escaramujo que devore los cedros del Líbano.


Aúlla, oh ciprés, porque el cedro cayó, porque los poderosos son derribados. Aullad, encinas de Basán, porque el bosque espeso es derribado.


Y extenderá su mano sobre el norte, y destruirá a Asiria, y pondrá a Nínive en asolamiento, y en sequedal como un desierto.


Su follaje era hermoso, y su fruto en abundancia, y para todos había en él mantenimiento. Debajo de él se ponían a la sombra las bestias del campo, y en sus ramas hacían morada las aves del cielo, y se mantenía de él toda carne.


Del estruendo de su caída hice temblar a las naciones, cuando lo hice descender al infierno con los que descienden a la fosa; y todos los árboles del Edén, los escogidos y mejores del Líbano, todos los que beben aguas, fueron consolados en las partes más bajas de la tierra.


En sus ramas hacían su nido todas las aves del cielo, y debajo de su ramaje parían todas las bestias del campo, y a su sombra habitaban todas las grandes naciones.


Por mano de tus siervos vituperaste al Señor, y dijiste: Yo con la multitud de mis carros subiré a la cumbre de las montañas, a las laderas del Líbano; cortaré sus altos cedros, sus cipreses escogidos; llegaré hasta la cumbre, al bosque de su Carmelo.


El justo florecerá como la palmera; crecerá como cedro en el Líbano.


Porque él será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto al río extiende sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.


Por tanto, así dice Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: He aquí que yo castigaré al rey de Babilonia y a su tierra como castigué al rey de Asiria.


Y ella tuvo varas fuertes para cetros de señores; y se levantó su estatura por encima entre las ramas, y fue vista en su altura, y con la multitud de sus sarmientos.


Por tanto, se encumbró su altura sobre todos los árboles del campo, y se multiplicaron sus ramas, y a causa de las muchas aguas se alargó su ramaje que había echado.


Los cedros no lo cubrieron en el huerto de Dios; los cipreses no fueron semejantes a sus ramas, ni los castaños fueron semejantes a su ramaje; ningún árbol en el huerto de Dios fue semejante a él en su hermosura.


Por tanto, así dice el Señor Jehová: Por cuanto se encumbró en altura, y puso su cumbre entre densas ramas, y su corazón se elevó con su altura,


También ellos descendieron con él al infierno, con los muertos a espada, los que fueron su brazo, los que habitaron a su sombra en medio de las naciones.


Allí está Asiria con toda su gente; en derredor de él están sus sepulcros; todos ellos cayeron muertos a espada.


Oh Líbano, abre tus puertas, y que el fuego devore tus cedros.


Y vinieron magos, astrólogos, caldeos, y adivinos; y dije el sueño delante de ellos, mas ellos no me dieron a conocer su interpretación;


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