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Ezequiel 28:2 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así dice el Señor Jehová: Por cuanto se enalteció tu corazón y dijiste: Yo soy Dios; en la silla de Dios estoy sentado en medio de los mares (siendo tú hombre y no Dios), y has puesto tu corazón como corazón de Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto se enalteció tu corazón, y dijiste: Yo soy un dios, en el trono de Dios estoy sentado en medio de los mares (siendo tú hombre y no Dios), y has puesto tu corazón como corazón de Dios;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 «Hijo de hombre, dale al príncipe de Tiro este mensaje de parte del Señor Soberano: »“En tu gran arrogancia afirmaste: ‘¡Soy un dios! Estoy sentado en un trono divino, en el corazón del mar’; pero eres solo un hombre y no un dios, aunque te jactes de ser un dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Hijo de hombre, háblale al príncipe de Tiro; le dirás esta palabra de Yavé: ¡Eres muy engreído, te consideras un dios en su residencia divina, en medio de los mares! ¿Te vas a hacer pasar por Dios, tú que eres hombre y no Dios?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así dice Adonay YHVH: Por cuanto se enalteció tu corazón, y dijiste: Yo soy Dios, Y en el trono de Dios estoy sentado en medio de los mares. Pero tú eres hombre y no Dios, Aunque has puesto tu corazón como el corazón de Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 'Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro. Así dice el Señor Yahveh: Tu corazón se ha envanecido y dices: 'Soy un dios, morada de dioses ocupo en el corazón de los mares' -cuando sólo eres un hombre y no un dios, aunque al corazón de Dios equiparas tu corazón-.

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Ezequiel 28:2
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¿Hablarás delante del que te mate, diciendo: Yo soy Dios? Tú, hombre eres, y no Dios, en la mano de tu matador.


el cual se opone y se exalta contra todo lo que se llama Dios o es adorado; tanto que como Dios se sienta en el templo de Dios, haciéndose pasar por Dios.


Y los egipcios hombres son, y no Dios; y sus caballos carne, y no espíritu; de manera que al extender Jehová su mano, caerá el ayudador, y caerá el ayudado, y todos ellos desfallecerán a una.


Antes de la destrucción va la soberbia; y antes de la caída la altivez de espíritu.


Pon, oh Jehová, temor en ellos; para que conozcan las naciones que no son sino hombres. (Selah)


Porque el día de Jehová de los ejércitos vendrá sobre todo el que es soberbio y altivo, y sobre todo el que se ha enaltecido, y será abatido;


Igualmente, jóvenes, sujetaos a los ancianos; y todos sujetaos unos a otros, y vestíos de humildad; porque Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.


No un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en condenación del diablo.


He aquí se enorgullece aquel cuya alma no es recta en él; mas el justo por su fe vivirá.


Por tanto, así dice el Señor Jehová: Por cuanto se encumbró en altura, y puso su cumbre entre densas ramas, y su corazón se elevó con su altura,


Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti.


Antes de la destrucción se enaltece el corazón del hombre, y antes de la honra está la humildad.


Mas cuando ya era fuerte, su corazón se enalteció para su ruina; porque se rebeló contra Jehová su Dios, entrando en el templo de Jehová para quemar incienso en el altar del incienso.


y se eleve luego tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de siervos;


Pues Dios sabe que el día que de él comáis, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como dioses sabiendo el bien y el mal.


Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia y que tenía siete cabezas y diez cuernos.


Cuanto ella se ha glorificado, y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto.


¿Quién decretó esto sobre Tiro, la que repartía coronas, cuyos negociantes eran príncipes, cuyos mercaderes eran los nobles de la tierra?


Oye, pues, ahora esto, tú que eres dada a los placeres, la que está sentada confiadamente, la que dice en su corazón: Yo soy, y fuera de mí no hay más; no quedaré viuda, ni conoceré la pérdida de hijos.


He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: Soberbia, saciedad de pan, y demasiada ociosidad hubo en ella y en sus hijas; y no fortaleció la mano del pobre y necesitado.


Y levantarán sobre ti endechas, y te dirán: ¿Cómo pereciste tú, poblada por gente de mar, ciudad que fue alabada, que fue fuerte en el mar, ella y sus habitantes, que infundían terror a todos sus vecinos?


La palabra de Jehová vino otra vez a mí, diciendo:


Esta es la ciudad alegre que estaba confiada, la que decía en su corazón: Yo, y no más. ¡Cómo fue en asolamiento, en cama de bestias! Cualquiera que pasare junto a ella silbará, agitará su mano.


Y también Hamat tendrá término en ella; Tiro y Sidón, aunque muy sabias sean.


Habla, y di: Así dice el Señor Jehová: He aquí yo contra ti, Faraón rey de Egipto, el gran dragón que yace en medio de sus ríos, el cual dijo: Mío es mi río, y yo lo hice para mí.


Y la tierra de Egipto será asolada y desierta; y sabrán que yo soy Jehová: porque dijo: Mío es mi río, y yo lo hice.


Y cuando se haya llevado la multitud, se enaltecerá su corazón; y derribará a muchas decenas de millares; pero no será fortalecido por ello.


Y el rey hará a su voluntad; y se enaltecerá y se engrandecerá sobre todo dios; y contra el Dios de los dioses hablará cosas maravillosas, y prosperará, hasta que sea consumada la ira; porque lo que está determinado se cumplirá.


Y del Dios de sus padres no se cuidará, ni del amor de las mujeres: ni se cuidará de dios alguno, porque sobre todo se engrandecerá.


y el que te invitó a ti y a él, venga y te diga: Da lugar a este; y entonces comiences con vergüenza a tomar el último lugar.


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