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Ezequiel 12:3 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Por tanto tú, hijo de hombre, hazte equipaje de partida, y márchate de día delante de sus ojos; y te pasarás de tu lugar a otro lugar a vista de ellos, por si tal vez consideren, porque son una casa rebelde.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Por tanto tú, hijo de hombre, prepárate enseres de marcha, y parte de día delante de sus ojos; y te pasarás de tu lugar a otro lugar a vista de ellos, por si tal vez atienden, porque son casa rebelde.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 »De modo que ahora, hijo de hombre, haz como si te enviaran al destierro. Prepara tu equipaje con las pocas pertenencias que podría llevarse un desterrado y sal de tu casa para ir a otro lugar. Hazlo a la vista de todos para que te vean. Pues quizás presten atención a eso, por muy rebeldes que sean.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Prepara, pues, hijo de hombre, tu equipaje de exiliado en pleno día y ante ellos; a lo mejor así reconocen que son una banda de rebeldes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Por tanto tú, hijo de hombre, empaca unos enseres de cautivo, y vete como si fueras al exilio, de día, a vista de ellos; y te moverás de tu lugar a otro lugar a vista de ellos, por si tal vez atienden, aunque son casa rebelde.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 En cuanto a ti, hijo de hombre, prepara tu equipaje de destierro de día, ante sus ojos, y marcha, ante sus ojos, como un desterrado del lugar donde estás a otro lugar; quizá reconozcan que son gente rebelde.

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Ezequiel 12:3
24 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Quizá oiga la casa de Judá todo el mal que yo pienso hacerles, y se arrepienta cada uno de su mal camino; para que yo perdone su iniquidad y su pecado.


que con mansedumbre corrija a los que se oponen; si quizá Dios les dé que se arrepientan para conocer la verdad,


Quizá oirán, y se volverá cada uno de su mal camino; y me arrepentiré yo del mal que pienso hacerles por la maldad de sus obras.


Entonces el señor de la viña dijo: ¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizá le respetarán cuando le vean.


Quizá llegue la oración de ellos a la presencia de Jehová, y se vuelva cada uno de su mal camino; porque grande es el furor y la ira que ha pronunciado Jehová contra este pueblo.


¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!


Diles: Vivo yo, dice el Señor Jehová, que no me complazco en la muerte del impío, sino en que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?


Así me dijo Jehová: Hazte coyundas y yugos, y ponlos sobre tu cuello;


¡Oh, si me hubiera oído mi pueblo, si Israel hubiera andado en mis caminos!


¡Oh, que fueran sabios, que comprendieran esto, que entendieran su postrimería!


¡Oh, que hubiera tal corazón en ellos, que me temieran y guardaran siempre todos mis mandamientos, para que les fuera bien a ellos y a sus hijos para siempre!


Recoge de las tierras tus pertenencias, tú que moras en la fortaleza.


Mas cuando yo hable contigo, abriré tu boca, y les dirás: Así dice el Señor Jehová: El que oye, que oiga; y el que no quiera oír, que no oiga; porque son una casa rebelde.


Y yo hice así como me fue mandado; saqué mi equipaje de día, como equipaje de cautivo, y a la tarde horadé la pared a mano; salí de noche, y llevé mi equipaje sobre los hombros a vista de ellos.


Y si se avergüenzan de todo lo que han hecho, muéstrales la forma de la casa, y su diseño, y sus salidas y sus entradas, y todas sus formas, y todas sus ordenanzas, y todas sus formas y todas sus leyes; y escríbelo a su vista, para que guarden toda su forma, y todas sus ordenanzas, y las pongan por obra.


Pero no me escucharon ni inclinaron su oído; antes endurecieron su cerviz, e hicieron peor que sus padres.


Y haré que tu lengua se pegue a tu paladar, y estarás mudo, y no serás para ellos varón que reprende; porque son una casa rebelde.


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