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Ezequiel 10:2 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Y habló al varón vestido de lino, y le dijo: Entra en medio de las ruedas debajo de los querubines, y llena tus manos con carbones encendidos de entre los querubines, y espárcelos sobre la ciudad. Y él entró a vista mía.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Y habló al varón vestido de lino, y le dijo: Entra en medio de las ruedas debajo de los querubines, y llena tus manos de carbones encendidos de entre los querubines, y espárcelos sobre la ciudad. Y entró a vista mía.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Entonces el Señor le habló al hombre vestido de lino y le dijo: «Métete entre las ruedas que giran debajo de los querubines, toma un puñado de carbones encendidos y espárcelos sobre la ciudad». Así que el hombre lo hizo mientras yo observaba.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Desde allí dijo al hombre vestido de lino: 'Pasa por debajo de las ruedas y toma entre tus manos carbones que dispersarás por la ciudad. El hombre fue allá, y yo lo observaba;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y Él habló al varón vestido de lino blanco, y le dijo: Entra en medio de las ruedas, por debajo de los querubines, y llena tus manos de ascuas de fuego de entre los querubines, y espárcelos sobre la ciudad. Y él entró delante de mi vista.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Y dijo al hombre vestido de lino: 'Métete entre las ruedas, por debajo de los querubines, llena el hueco de tus manos de carbones encendidos de entre los querubines y espárcelos por la ciudad'. Él se metió ante mis propios ojos.

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Ezequiel 10:2
19 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo voces, y truenos, y relámpagos, y terremotos.


En cuanto a la semejanza de los seres vivientes, su parecer era como de carbones de fuego encendidos, como parecer de antorchas encendidas que subían y bajaban entre los seres vivientes; y el fuego resplandecía, y del fuego salían relámpagos.


Y cuando andaban los querubines, andaban las ruedas junto con ellos; y cuando los querubines alzaban sus alas para levantarse de la tierra, las ruedas también no se volvían de junto a ellos.


Y Jehová hará oír su voz gloriosa, y hará ver el descargar de su brazo, con la indignación de su ira, y llama de fuego consumidor; con tormenta, tempestad y piedra de granizo.


Caigan sobre ellos carbones encendidos; sean arrojados en el fuego, en abismos profundos de donde no puedan salir.


Y he aquí que el varón vestido de lino, que tenía el tintero a su cintura, dio cuenta del asunto, diciendo: He hecho tal como me mandaste.


Y quemó la casa de Jehová, y la casa del rey, y todas las casas de Jerusalén; y todas las casas de los príncipes quemó a fuego.


Y cabalgó sobre un querubín, y voló: Voló sobre las alas del viento.


Estuve mirando hasta que fueron puestos unos tronos. Y el Anciano de días se sentó, cuya vestidura era blanca como la nieve, y el cabello de su cabeza como lana pura; su trono era como llama de fuego, y sus ruedas, como fuego ardiente.


Harás también dos querubines de oro, labrados a martillo los harás, en los dos extremos del propiciatorio.


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