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Éxodo 25:20 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

20 Y los querubines extenderán por encima las alas, cubriendo con sus alas el propiciatorio: sus rostros uno enfrente del otro, mirando al propiciatorio los rostros de los querubines.

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Biblia Reina Valera 1960

20 Y los querubines extenderán por encima las alas, cubriendo con sus alas el propiciatorio; sus rostros el uno enfrente del otro, mirando al propiciatorio los rostros de los querubines.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Los querubines estarán frente a frente, mirando hacia la tapa de la expiación; con las alas extendidas por encima de la tapa para protegerla.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Los querubines extenderán sus alas hacia arriba y sus alas cubrirán el Lugar del Perdón. Estarán de frente el uno al otro y sus caras mirarán hacia el Lugar del Perdón. Lo pondrás sobre el Arca,

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Los querubines estarán con las alas desplegadas hacia arriba, cubriendo con sus alas el propiciatorio, sus rostros uno frente al otro, y los rostros de los querubines estarán vueltos hacia el propiciatorio.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Los querubines tendrán las alas desplegadas en alto, protegiendo con ellas el propiciatorio; y tendrán sus rostros vueltos uno al otro, mirando al propiciatorio.

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Éxodo 25:20
22 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Además, oro puro por peso para el altar del incienso, para el diseño del carruaje de los querubines de oro que con las alas extendidas cubrían el arca del pacto de Jehová.


Porque los querubines tenían extendidas las alas sobre el lugar del arca, y así cubrían los querubines el arca y sus varas por encima.


y sobre ella los querubines de gloria que cubrían con su sombra el propiciatorio; cosas de las cuales no podemos ahora hablar en particular.


el cual habiendo subido al cielo, está a la diestra de Dios; estando sujetos a Él, ángeles, autoridades y potestades.


A los cuales fue revelado, que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales desean mirar los ángeles.


¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de salvación?


y vosotros estáis completos en Él, el cual es la cabeza de todo principado y potestad.


para que la multiforme sabiduría de Dios sea dada a conocer por la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales,


Por lo cual, la mujer debe tener poder sobre su cabeza, por causa de los ángeles.


Porque pienso que Dios nos ha puesto a nosotros los apóstoles como postreros, como a sentenciados a muerte; porque somos hechos espectáculo al mundo, y a los ángeles, y a los hombres.


Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí en adelante veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subiendo y descendiendo sobre el Hijo del Hombre.


Y enviará a sus ángeles con gran voz de trompeta, y reunirán a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.


Tú, querubín ungido, protector; yo te puse allí; en el santo monte de Dios estuviste; en medio de piedras de fuego has andado.


Hacia donde el espíritu les movía que anduviesen, andaban; hacia donde les movía el espíritu que anduviesen, las ruedas también se levantaban tras ellos; porque el espíritu del ser viviente estaba en las ruedas.


Y dentro del lugar santísimo hizo dos querubines, obra de escultura, los cuales cubrió de oro.


Harás también dos querubines de oro, labrados a martillo los harás, en los dos extremos del propiciatorio.


Y soñó, y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo: y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella.


Harás, pues, un querubín en un extremo, y un querubín en el otro extremo; de una pieza con el propiciatorio harás los querubines en sus dos extremos.


Y puso estos querubines en la casa de adentro; y los querubines tenían las alas extendidas, de modo que el ala de uno tocaba una pared, y el ala del otro querubín tocaba la otra pared, y las otras dos alas se tocaban la una a la otra en la mitad de la casa.


Hizo también en el lugar santísimo dos querubines de madera de olivo, cada uno de diez codos de altura.


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