Y sucedió que cuando todos los reyes de los amorreos, que estaban al otro lado del Jordán al occidente, y todos los reyes de los cananeos, que estaban cerca del mar, oyeron cómo Jehová había secado las aguas del Jordán delante de los hijos de Israel hasta que hubieron pasado, desfalleció su corazón, y no hubo más espíritu en ellos delante de los hijos de Israel.
Oyendo esto, ha desmayado nuestro corazón, y no ha quedado más ánimo en hombre alguno por causa de vosotros; porque Jehová vuestro Dios es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra.
y les dijo: Yo sé que Jehová os ha dado esta tierra; porque vuestro terror ha caído sobre nosotros, y todos los moradores de la tierra desmayan por causa de vosotros.
Y manda al pueblo, diciendo: Pasando vosotros por el territorio de vuestros hermanos, los hijos de Esaú, que habitan en Seir, ellos tendrán miedo de vosotros; mas vosotros guardaos mucho:
Estos son los nombres de los duques que vinieron de Esaú por sus linajes, por sus lugares, y sus nombres; el duque Timna, el duque Alva, el duque Jetet,
Y será, que cuando te dijeren: ¿Por qué gimes tú? dirás: Por la noticia que viene; y todo corazón desfallecerá, y toda mano se debilitará, y se angustiará todo espíritu, y toda rodilla será débil como el agua; he aquí que viene, y se hará, dice el Señor Jehová.
La carga de Egipto. He aquí, Jehová cabalga sobre una nube veloz, y entrará en Egipto. Los ídolos de Egipto se estremecerán ante su presencia, y el corazón de los egipcios desfallecerá dentro de ellos.
Y aun el hombre valiente, cuyo corazón es como corazón de león, sin duda desmayará; porque todo Israel sabe que tu padre es hombre valiente, y que los que están con él son hombres valientes.
Y dijeron a Josué: Ciertamente Jehová ha entregado toda la tierra en nuestras manos; y también todos los habitantes del país desmayan delante de nosotros.
Y los oficiales hablarán otra vez al pueblo, y dirán: ¿Quién es hombre medroso y apocado de corazón? Vaya, y vuélvase a su casa, y no apoque el corazón de sus hermanos, como el corazón suyo.
Se paró, y midió la tierra; miró, e hizo temblar a las naciones; las montañas eternas fueron desmenuzadas, y los collados perpetuos se humillaron. Sus caminos son eternos.