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Efesios 2:8 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros; es un don de Dios;

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Biblia Reina Valera 1960

8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Ustedes han sido salvados por la fe, y lo han sido por gracia. Esto no vino de ustedes, sino que es un don de Dios;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no es° de vosotros, es el don de Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Pues por la gracia habéis sido salvados mediante la fe; y esto no proviene de vosotros: es don de Dios;

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Efesios 2:8
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aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),


Por tanto, es por la fe, para que sea por gracia; a fin de que la promesa sea firme a toda simiente; no sólo al que es de la ley, sino también al que es de la fe de Abraham, quien es el padre de todos nosotros


Así que la fe viene por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.


Y ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú, y tu casa.


Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, yo no le echo fuera.


De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.


Respondió Jesús y le dijo: Si conocieses el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías a Él, y Él te daría agua viva.


Más Él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz.


El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.


El que cree en el Hijo tiene vida eterna; mas el que es incrédulo al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.


Pero al que no obra, pero cree en Aquél que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.


Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.


Mas la Escritura encerró todo bajo pecado, para que la promesa por la fe de Jesucristo, fuese dada a los que creen.


y por Él, todos los que creen, son justificados de todas las cosas que no pudieron ser justificados por la ley de Moisés.


a fin de que la bendición de Abraham viniese sobre los gentiles a través de Jesucristo; para que por la fe recibamos la promesa del Espíritu.


Y esta es la voluntad del que me envió: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en Él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.


Y Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.


y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fortaleza,


Y habiendo llegado, reuniendo la iglesia, relataron todo lo que había hecho Dios con ellos, y de cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles.


Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le es dado de mi Padre.


Sepultados con Él en el bautismo, en el cual también sois resucitados con Él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.


Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.


que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para la salvación que está lista para ser manifestada en el tiempo postrero.


Porque a vosotros es concedido por Cristo, no sólo que creáis en Él, sino también que padezcáis por Él,


¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin un predicador?


Y respondiendo Jesús, le dijo: Bienaventurado eres Simón hijo de Jonás; porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en el cielo.


Y una mujer llamada Lidia, que vendía púrpura en la ciudad de Tiatira, temerosa de Dios, estaba oyendo; el corazón de la cual abrió el Señor para que estuviese atenta a lo que Pablo decía.


los cuales serán castigados con eterna destrucción de la presencia del Señor, y de la gloria de su poder,


Antes creemos que por la gracia del Señor Jesucristo seremos salvos, del mismo modo que ellos.


Así que no es del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.


Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron el don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo,


Y viniendo los que habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada uno un denario.


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