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Eclesiastés 9:5 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Los que están vivos al menos saben que un día van a morir, pero los muertos no saben nada. Ya no reciben más recompensas, y nadie los recuerda.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Los vivos saben que morirán; los muertos, nada saben. No tienen nada que esperar: son sólo un recuerdo olvidado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Porque los vivos saben que han de morir, pero los muertos nada saben, ni tienen más recompensa, porque hasta su memoria es puesta en el olvido.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Los vivos saben al menos que han de morir, pero los muertos no saben nada; no perciben ya salario alguno, porque su memoria yace en el olvido.

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Eclesiastés 9:5
18 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Muertos son, no vivirán; han fallecido, no se levantarán; porque los visitaste y destruiste, e hiciste que pereciera toda su memoria.


No hay memoria de lo que precedió, ni tampoco de lo que sucederá habrá memoria en los que vendrán después.


Porque en la muerte no hay memoria de ti; en el sepulcro, ¿quién te dará gracias?


Y de la manera que está establecido a los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio;


Sus hijos alcanzan honor, y él no lo sabe; o son humillados, y no entiende de ellos.


Porque ni del sabio ni del necio habrá memoria para siempre; pues en los días venideros ya todo será olvidado. ¿Y cómo muere el hombre sabio? Como el necio.


Estén siempre delante de Jehová, y Él corte de la tierra su memoria.


También he visto a los impíos ser sepultados, los cuáles entraban y salían del lugar santo, y ser olvidados en la ciudad donde esto hicieron. Esto también es vanidad.


Pero tú eres nuestro Padre, si bien Abraham nos ignora, e Israel no nos conoce; tú, oh Jehová, eres nuestro Padre; nuestro Redentor, tu nombre es desde la eternidad.


Mejor es ir a la casa del luto que a la casa del banquete; porque aquello es el fin de todos los hombres, y el que vive lo pondrá en su corazón.


Pues yo sé que me llevarás a la muerte; y a la casa determinada a todo viviente.


Aún hay esperanza para todo aquél que está entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto.


Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el sepulcro, adonde tú vas, no hay obra, ni industria, ni conocimiento ni sabiduría.


Porque de cierto morimos, y somos como aguas derramadas en la tierra, que no pueden volver a recogerse; y Dios no hace acepción de personas, sino que provee los medios para que su desterrado no quede alejado de Él.


Mas yo a ti he clamado, oh Jehová; y de mañana mi oración sale a tu encuentro.


Y a la postre de todos murió también la mujer.


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