Eclesiastés 5:10 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹⁰ El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad.

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Biblia Reina Valera 1960

¹⁰ El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁰ Los que aman el dinero nunca tendrán suficiente. ¡Qué absurdo es pensar que las riquezas traen verdadera felicidad!

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁰ Si se acrecienta la riqueza, se multiplican también los que se la comen: ¿y qué saca su dueño con tenerla? Sólo el gusto de verla.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁰ El que ama la plata nunca se saciará de la plata, y el que ama la riqueza no sacará ganancia, y también esto es vanidad.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁰ Donde hay mucha riqueza hay muchos a comerla, y ¿qué consigue con ello el propietario más que el verlo con sus ojos?

Eclesiastés 5:10 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា

1 Timoteo 6:10

Porque el amor al dinero es la raíz de todos los males; el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y se traspasaron con muchos dolores.

Mateo 6:24

Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno, y amará al otro; o apreciará al uno, y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.

Lucas 12:15

Y les dijo: Mirad, y guardaos de la avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.

Mateo 6:19

No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan.

Eclesiastés 4:8

Está un hombre solo y sin sucesor; que ni tiene hijo ni hermano; mas nunca cesa de trabajar, ni sus ojos se sacian de sus riquezas, ni se pregunta: ¿Para quién trabajo yo, y privo mi alma del bien? También esto es vanidad, y duro trabajo.

Eclesiastés 4:4

También he visto que todo trabajo y toda excelencia de obra despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.

Salmos 62:10

No confiéis en la violencia, ni en la rapiña; no os envanezcáis; si se aumentaren las riquezas, no pongáis el corazón en ellas.

Eclesiastés 2:26

Porque al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, conocimiento y gozo; pero al pecador le da el trabajo de acumular y amontonar para que lo dé al que agrada a Dios. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.

Salmos 52:7

He aquí el hombre que no puso a Dios por su fortaleza, sino que confió en la multitud de sus riquezas; y se mantuvo en su maldad.

Eclesiastés 2:11

Miré luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.

Eclesiastés 4:16

No tenía fin la muchedumbre de pueblo que fue antes de ellos; aun los que vendrán después tampoco estarán contentos con él. Ciertamente esto también es vanidad y aflicción de espíritu.

Eclesiastés 3:19

Porque lo que sucede a los hijos de los hombres, y lo que sucede a las bestias, un mismo suceso es; como mueren los unos, así mueren los otros; y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia; porque todo es vanidad.

Eclesiastés 6:7

Todo el trabajo del hombre es para su boca, y con todo eso su apetito no se sacia.

Eclesiastés 1:17

Y di mi corazón a conocer la sabiduría, y también a entender la locura y la necedad; me di cuenta que también esto es aflicción de espíritu.

Salmos 52:1

Al Músico principal: Masquil de David, cuando vino Doeg idumeo y dio cuenta a Saúl, diciéndole: David ha venido a casa de Ahimelec ¿Por qué te jactas de maldad, oh poderoso? La misericordia de Dios es continua.

Eclesiastés 1:8

Todas las cosas son fatigosas, más de lo que el hombre puede expresar. No se sacia el ojo de ver, ni el oído se sacia de oír.

Eclesiastés 2:10

No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo: y esta fue mi porción de toda mi faena.

Eclesiastés 5:9

Además el provecho de la tierra es para todos; el rey mismo está sujeto a los campos.