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Deuteronomio 32:15 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

15 Pero engordó Jesurún, y dio coces; engordaste, te cubriste de grasa. Entonces dejó al Dios que lo hizo, y menospreció a la Roca de su salvación.

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Biblia Reina Valera 1960

15 Pero engordó Jesurún, y tiró coces (Engordaste, te cubriste de grasa); Entonces abandonó al Dios que lo hizo, Y menospreció la Roca de su salvación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 »Pero Israel pronto engordó y se volvió rebelde; ¡el pueblo aumentó de peso, se puso gordo y relleno! Entonces abandonó a Dios, quien lo había creado; se burló de la Roca de su salvación.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Comió el Regalón y se sació, engordó Israel y dio coces, rechazó a Dios, que lo formó, despreció a su Roca, que lo salvó.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Pero engordó Jesurún° y tiró coces (Engordaste, te cebaste y te pusiste rollizo), Y abandonó al Dios que lo había hecho, Menospreció la Roca de su salvación.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Yesurún engorda y cocea. Te pusiste gordo, macizo, cebado. Rechazó al Dios que lo hizo, despreció a la Roca, su salvación.

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Deuteronomio 32:15
41 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Porque cuando yo los introduzca en la tierra que juré a sus padres, la cual fluye leche y miel, comerán, y se saciarán, y engordarán; y luego se volverán a dioses ajenos y les servirán, y me provocarán y quebrantarán mi pacto.


En sus pastos se saciaron, se llenaron, y se ensoberbeció su corazón; por esta causa se olvidaron de mí.


Él clamará a mí: Mi Padre eres tú, mi Dios y la Roca de mi salvación.


Y fue rey en Jesurún, cuando se congregaron las cabezas del pueblo con las tribus de Israel.


Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y de los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan de corazón, y se conviertan, y yo los sane.


¿Por qué habéis hollado mis sacrificios y mis presentes, que yo mandé ofrecer en mi tabernáculo; y has honrado a tus hijos más que a mí, engordándoos de lo mejor de todas las ofrendas de mi pueblo Israel?


Él es la Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud: Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad; justo y recto es Él.


Engordaron y se pusieron lustrosos, y sobrepasaron los hechos del malo; no juzgaron la causa, la causa del huérfano; con todo, se hicieron prósperos, y la causa de los pobres no juzgaron.


Así dice Jehová, tu Hacedor, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo mío Jacob, y tú, Jesurún, a quien yo escogí.


Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos; no sea que vea con sus ojos, y oiga con sus oídos, y su corazón entienda, y se convierta y sea sanado.


¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás.


Venid, cantemos alegremente a Jehová: Aclamemos con júbilo a la Roca de nuestra salvación.


Sus ojos se les saltan de gordura; logran con creces los antojos del corazón.


Y tomaron ciudades fortificadas y tierra fértil, y poseyeron casas llenas de todo bien, pozos excavados, viñas y olivares, y muchos árboles frutales; y comieron y se saciaron, se engordaron y se deleitaron en tu gran bondad.


¡Vive Jehová! y bendita sea mi roca; sea enaltecido el Dios de la roca de mi salvación:


No hay como el Dios de Jesurún, que cabalga sobre el cielo para tu ayuda, y sobre las nubes en su majestad.


¿Así pagas a Jehová, oh pueblo loco e ignorante? ¿No es Él tu Padre que te poseyó? Él te hizo y te estableció.


Y Jehová dijo a Moisés: He aquí tú vas a dormir con tus padres, y este pueblo se levantará y se prostituirá tras los dioses ajenos de la tierra adonde va para estar en medio de ellos; y me dejará, y quebrantará mi pacto que he concertado con él.


Y él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra los aguijones.


¿Cómo he de perdonarte por esto? Tus hijos me dejaron, y juraron por los que no son dioses. Los sacié, y adulteraron, y en casa de rameras se juntaron en compañías.


Así dice Jehová: ¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres, que se alejaron de mí, y se fueron tras la vanidad, y se volvieron vanos?


Se engrosó el corazón de ellos como sebo; mas yo en tu ley me he deleitado.


Jehová vive, y bendita sea mi Roca; y enaltecido sea el Dios de mi salvación:


Encerrados están en su propia grosura; con su boca hablan soberbiamente.


Porque cubrió su rostro con su gordura, e hizo pliegues sobre sus ijares;


Mas los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los Baales y a Astarot, y a los dioses de Siria, y a los dioses de Sidón, y a los dioses de Moab, y a los dioses de los hijos de Amón, y a los dioses de los filisteos; y dejaron a Jehová, y no le sirvieron.


Pero se rebelaron contra el Dios de sus padres, y se prostituyeron siguiendo a los dioses de los pueblos de la tierra, a los cuales Dios había destruido delante de ellos.


Mas cuando ya era fuerte, su corazón se enalteció para su ruina; porque se rebeló contra Jehová su Dios, entrando en el templo de Jehová para quemar incienso en el altar del incienso.


Mas mi pueblo no oyó mi voz, e Israel no me quiso a mí.


¡Oh generación, atended a la palabra de Jehová! ¿He sido yo un desierto a Israel, o una tierra de oscuridad? ¿Por qué ha dicho mi pueblo: Señores somos; no vendremos más a ti?


Y sucedió que cuando Roboam se fortaleció y afirmó el reino, dejó la ley de Jehová, y con él todo Israel.


Pero fueron desobedientes y se rebelaron contra ti, y echaron tu ley tras sus espaldas, y mataron a tus profetas que protestaban contra ellos para convertirlos a ti; e hicieron grandes abominaciones.


Yo también lo haré mi primogénito, más excelso que los reyes de la tierra.


Reconoced que Jehová es Dios: Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos. Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.


Pero ahora, así dice Jehová, tu Creador, oh Jacob, y tu Formador, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.


¿Se olvidará la virgen de sus adornos, o la desposada de sus atavíos? Pero mi pueblo se ha olvidado de mí por innumerables días.


para tomar a la casa de Israel en su corazón, que se han apartado de mí todos ellos por sus ídolos.


Conforme a su grandeza así pecaron contra mí; por tanto, cambiaré su honra en afrenta.


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