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Deuteronomio 26:2 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 entonces tomarás de las primicias de todos los frutos de la tierra, que sacares de tu tierra que Jehová tu Dios te da, y lo pondrás en un canastillo, e irás al lugar que Jehová tu Dios escogiere para hacer habitar allí su nombre.

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Biblia Reina Valera 1960

2 entonces tomarás de las primicias de todos los frutos que sacares de la tierra que Jehová tu Dios te da, y las pondrás en una canasta, e irás al lugar que Jehová tu Dios escogiere para hacer habitar allí su nombre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 coloca una parte de las primicias de cada cosecha en una canasta y llévala al lugar de adoración designado, el lugar que el Señor tu Dios elija para que su nombre sea honrado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 tomarás los primeros productos de la tierra que Yavé, tu Dios, te da, los pondrás en un canasto y los llevarás al lugar elegido por Yavé, tu Dios, para morada de su Nombre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 tomarás las primicias de todos los frutos del suelo que coseches en la tierra que YHVH tu Dios te da, y las pondrás en una cesta, e irás al lugar que YHVH tu Dios haya escogido para hacer habitar allí su Nombre.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 tomarás de las primicias de todos los frutos del suelo que coseches en la tierra que Yahveh, tu Dios, te va a dar, los meterás en una cesta e irás al lugar que Yahveh, tu Dios, haya elegido para que more en él su nombre.

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Deuteronomio 26:2
33 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Las primicias de los primeros frutos de tu tierra traerás a la casa de Jehová tu Dios. No guisarás el cabrito con la leche de su madre.


También la fiesta de la siega, los primeros frutos de tus labores que hubieres sembrado en el campo; y la fiesta de la cosecha a la salida del año, cuando hayas recogido tus labores del campo.


Y las primicias de todos los primeros frutos de todo, y toda ofrenda de todo lo que se ofreciere de todas vuestras ofrendas, será de los sacerdotes; daréis asimismo las primicias de todas vuestras masas al sacerdote, para que haga reposar la bendición en vuestras casas.


Él, de su voluntad nos ha engendrado por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.


Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, atesorándolo, conforme Dios le haya prosperado; para que cuando yo llegue, no se recojan entonces ofrendas.


Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.


Porque si el primer fruto es santo, también lo es la masa, y si la raíz es santa, también lo son las ramas.


y no sólo ella, sino que también nosotros que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, esto es, la redención de nuestro cuerpo.


No venderán de ello, ni lo cambiarán, ni traspasarán las primicias de la tierra; porque es cosa consagrada a Jehová.


Porque en mi monte santo, en el alto monte de Israel, dice el Señor Jehová, allí me servirá toda la casa de Israel, toda ella en la tierra; allí los aceptaré, y allí requeriré vuestras ofrendas, y las primicias de vuestras oblaciones, con todas vuestras cosas sagradas.


Y celebrarás la fiesta de las semanas a Jehová tu Dios con el tributo de una ofrenda voluntaria de tu mano, la cual darás a Jehová tu Dios, según Jehová tu Dios te hubiere bendecido.


La primicia de los primeros frutos de tu tierra meterás en la casa de Jehová tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.


Estos son los que no fueron contaminados con mujeres; porque son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que Él va. Estos fueron redimidos de entre los hombres por primicias para Dios y para el Cordero.


Saludad también a la iglesia que está en su casa. Saludad a Epeneto, amado mío, que es de los primeros frutos de Acaya para Cristo.


Santidad era Israel a Jehová, primicias de sus nuevos frutos. Todos los que le devoran injuriarán; mal vendrá sobre ellos, dice Jehová.


Y para la ofrenda de la leña en los tiempos señalados, y para las primicias. Acuérdate de mí, Dios mío, para bien.


Y en aquel día fueron puestos varones sobres las cámaras de los tesoros, de las ofrendas, de las primicias, y de los diezmos, para juntar en ellas de los campos de las ciudades las porciones legales para los sacerdotes y levitas; porque era grande el gozo de Judá con respecto a los sacerdotes y levitas que servían.


Y como este edicto fue divulgado, los hijos de Israel dieron muchas primicias de grano, vino, aceite, miel y de todos los frutos de la tierra; trajeron asimismo los diezmos de todas las cosas en abundancia.


Mas a Jerusalén he elegido para que esté en ella mi nombre, y a David he elegido para que esté sobre mi pueblo Israel.


Vino entonces un hombre de Baal-salisa, el cual trajo al varón de Dios panes de primicias, veinte panes de cebada, y trigo nuevo en su espiga. Y él dijo: Da a la gente para que coman.


Y toda la congregación de los hijos de Israel se juntó en Silo, y asentaron allí el tabernáculo del testimonio, después que la tierra les fue sujeta.


Las primicias de tu grano, de tu vino, y de tu aceite, y las primicias de la lana de tus ovejas le darás:


Y si ofrecieres a Jehová presente de primicias, tostarás al fuego las espigas verdes, y el grano desmenuzado ofrecerás por ofrenda de tus primicias.


En la ofrenda de las primicias las ofreceréis a Jehová; mas no se quemarán en el altar en olor grato.


No demorarás en dar la primicia de tu cosecha, ni de tu lagar. Me darás el primogénito de tus hijos.


Pero cada uno en su debido orden: Cristo las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.


Altar de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas: en cualquier lugar donde yo hiciere que esté la memoria de mi nombre, vendré a ti, y te bendeciré.


Y será que, cuando hubieres entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad, y la poseyeres, y habitares en ella;


Y llegarás al sacerdote que fuere en aquellos días, y le dirás: Reconozco hoy a Jehová tu Dios que he entrado en la tierra que Jehová juró a nuestros padres que nos había de dar.


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