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Daniel 9:26 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

26 Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo del príncipe que ha de venir, destruirá la ciudad y el santuario; con inundación será el fin de ella, y hasta el fin de la guerra las asolaciones están determinadas.

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Biblia Reina Valera 1960

26 Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

26 »Después de este período de sesenta y dos conjuntos de siete, matarán al Ungido sin que parezca haber logrado nada y surgirá un gobernante cuyos ejércitos destruirán la ciudad y el templo. El fin llegará con una inundación; guerra, y la miseria que acarrea, está decretada desde ese momento hasta el fin.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

26 Después de las sesenta y dos semanas, será eliminado un hombre consagrado, sin que se encuentre culpa en él. Llegará un pueblo cuyo jefe destruirá la ciudad y el Templo: todo quedará sumergido y habrá guerras y desastres hasta el fin.

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La Biblia Textual 3a Edicion

26 Después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí. Y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el Santuario, pero su fin será como una inundación, y hasta el fin de la guerra han sido decretados asolamientos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

26 Pasadas las sesenta y dos semanas matarán al ungido y nada quedará. Vendrá un príncipe con su tropa y destruirá la ciudad y el santuario. El final será un cataclismo, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones decretadas.

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Daniel 9:26
39 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Mas con inundación impetuosa hará consumación de su lugar, y tinieblas perseguirán a sus enemigos.


De la cárcel y del juicio fue quitado; y su generación ¿quién la contará? Porque cortado fue de la tierra de los vivientes; por la transgresión de mi pueblo fue herido.


Y Jesús, respondiendo, le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra que no sea derribada.


Quien llevó Él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, siendo muertos a los pecados, vivamos a la justicia; por las heridas del cual habéis sido sanados.


¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?


Y respondiendo Él, les dijo: Elías a la verdad vendrá primero, y restaurará todas las cosas; y como está escrito del Hijo del Hombre, que debe padecer mucho y ser tenido en nada.


Y Jesús les dijo: ¿No veis todo esto? De cierto os digo: No quedará piedra sobre piedra, que no sea derribada.


Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado por el Espíritu;


Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque escrito está: Maldito todo aquel que es colgado en un madero),


Al que no conoció pecado, lo hizo pecado por nosotros, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él.


Mas sus hijos se airarán y reunirán una multitud de grandes ejércitos: y uno ciertamente vendrá y desbordará, y pasará adelante; entonces volverá y llegará con ira hasta su fortaleza.


Y por una semana confirmará el pacto con muchos, y a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolar, aun hasta la consumación; y lo que está determinado será derramado sobre el pueblo asolado.


por tanto, he aquí que el Señor hace subir sobre ellos las aguas del río, impetuosas y muchas, a saber, al rey de Asiria con toda su gloria; el cual subirá sobre todos sus cauces, y pasará sobre todas sus riberas;


Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que vosotros sigáis sus pisadas:


Ya no hablaré mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo; y no tiene nada en mí.


y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;


Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles sean cumplidos.


Y cuando oyereis de guerras y de rumores de guerras, no os turbéis; porque es necesario que así acontezca; pero aún no es el fin.


Y oyéndolo el rey, se indignó; y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos homicidas, y puso a fuego su ciudad.


El reino del cielo es semejante a un rey que hizo bodas a su hijo,


El Señor Jehová de los ejércitos es el que toca esta tierra, y se derretirá, y llorarán todos los que en ella moran; y subirá toda como un río, y menguará luego como el río de Egipto.


¿No se estremecerá por esto la tierra? ¿No llorará todo aquel que habite en ella? Y subirá toda como un río, y será arrojada, y se hundirá como el río de Egipto.


Y dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ammi: porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios.


¿Quién es este que como un torrente se levanta, y cuyas aguas se mueven como ríos?


Se secó como un tiesto mi vigor, y mi lengua se pegó a mi paladar; y me has puesto en el polvo de la muerte.


En cuanto a estas cosas que veis, días vendrán que no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada.


He aquí vuestra casa os es dejada desierta.


Y pondrá su rostro para entrar con la fuerza de todo su reino; y los rectos con él; así hará: y le dará una hija de mujeres para corromperle; pero ella no le respaldará ni estará de su lado.


Subió el mar sobre Babilonia; de la multitud de sus olas fue cubierta.


Y con los brazos de inundación serán inundados delante de él, y serán quebrantados; y aun también el príncipe del pacto.


Y ellos respondieron al rey: De aquel hombre que nos destruyó, y que maquinó contra nosotros, para extirparnos sin dejar nada de nosotros en todo el término de Israel;


He aquí, Jehová tiene un fuerte y poderoso; que es como turbión de granizo y como tormenta destructora; como ímpetu de recias aguas desbordadas, los derribará a tierra con su mano.


Ahora pues, no os burléis, para que no se aprieten más vuestras ataduras; porque he oído del Señor, Jehová de los ejércitos, que consumación ha sido determinada sobre toda la tierra.


Y el rey hará a su voluntad; y se enaltecerá y se engrandecerá sobre todo dios; y contra el Dios de los dioses hablará cosas maravillosas, y prosperará, hasta que sea consumada la ira; porque lo que está determinado se cumplirá.


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