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Daniel 9:25 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

25 Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; la plaza volverá a ser edificada, y el muro, en tiempos angustiosos.

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Biblia Reina Valera 1960

25 Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 ¡Ahora escucha y entiende! Pasarán siete conjuntos de siete más sesenta y dos conjuntos de siete desde el momento en que se dé la orden de reconstruir Jerusalén hasta que venga un gobernante, el Ungido. Jerusalén será reconstruida con calles y fuertes defensas, a pesar de los tiempos peligrosos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Entiende bien esto: Desde que se haya dado la orden de reconstruir Jerusalén hasta un jefe consagrado, son siete semanas; luego pasarán sesenta y dos semanas para reconstruir plazas y muros. Luego llegará el fin de los tiempos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y reedificar a Jerusalem hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas y sesenta y dos semanas. Se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Advierte, pues, y entiende: desde que se dio la orden de reconstruir Jerusalén hasta el príncipe ungido habrá siete semanas, y en sesenta y dos semanas; plazas y fosos serán reconstruidos, aunque serán tiempos de angustia.

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Daniel 9:25
32 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Entonces cesó la obra de la casa de Dios, que estaba en Jerusalén. Y cesó hasta el año segundo del reinado de Darío, rey de Persia.


La mujer le dijo: Sé que el Mesías ha de venir, el que es llamado, el Cristo; cuando Él venga nos declarará todas las cosas.


Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que si lo interpretares es, el Cristo).


He aquí, que yo lo di por testigo a los pueblos, por líder y jefe a las naciones.


Porque un niño nos es nacido, un hijo nos es dado; y el principado será sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.


Pero tú, Belén Efrata, aunque eres pequeña entre los millares de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas han sido desde el principio, desde la eternidad.


Al principio de tus súplicas fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, el asunto, y considera la visión.


Y con su sagacidad hará prosperar el engaño en su mano; y en su corazón se engrandecerá, y con paz destruirá a muchos; y contra el Príncipe de los príncipes se levantará; mas sin mano será quebrantado.


Así que el muro fue terminado el veinticinco del mes de Elul, en cincuenta y dos días.


y conspiraron todos a una para venir a combatir a Jerusalén, y a hacerle daño.


Y se levantó Eliasib, el sumo sacerdote, con sus hermanos los sacerdotes y edificaron la puerta de las Ovejas y la consagraron y levantaron sus puertas; la consagraron hasta la torre de Meah, hasta la torre de Hananeel.


Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.


y de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos y príncipe de los reyes de la tierra. Al que nos amó y nos lavó de nuestros pecados con su propia sangre,


A Éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados.


y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios resucitó de los muertos; de lo cual nosotros somos testigos.


Mas cuando viereis la abominación desoladora, de que habló el profeta Daniel, que estará donde no debe estar (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a las montañas;


Por tanto, cuando viereis la abominación desoladora, que fue dicha por el profeta Daniel, que estará en el lugar santo (el que lee, entienda).


Aun contra el príncipe de la fortaleza se engrandeció, y por él fue quitado el continuo sacrificio, y el lugar de su santuario fue echado por tierra.


Porque mis enemigos hablan contra mí; y los que acechan mi alma, consultaron juntamente.


Y llegó a Jerusalén en el mes quinto, el año séptimo del rey.


Pasadas estas cosas, en el reinado de Artajerjes, rey de Persia, Esdras, hijo de Seraías, hijo de Azarías, hijo de Hilcías,


Y el rey dijo a Sadoc: Vuelve el arca de Dios a la ciudad; que si yo hallare gracia en los ojos de Jehová, Él me volverá, y me dejará verla y a su tabernáculo.


redimiendo el tiempo, porque los días son malos.


Y corriendo Felipe hacia él, le oyó que leía el profeta Isaías, y le dijo: ¿Entiendes lo que lees?


Mas el que fue sembrado en buena tierra, este es el que oye la palabra y la entiende, y lleva fruto; y lleva uno a ciento, y otro a sesenta, y otro a treinta por uno.


Y habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿Se fortalecerán a sí mismos? ¿Han de sacrificar? ¿Han de acabar en un día? ¿Resucitarán las piedras de los montones de escombros que fueron quemados?


Tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar;


Reúnete ahora en tropas, oh hija de guerreros; nos han sitiado; con vara herirán en la mejilla al Juez de Israel.


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