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Cantares 8:2 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Yo te llevaría, te metería en la casa de mi madre, que me enseñaba; te daría a beber vino sazonado del mosto de mis granadas.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Yo te llevaría, te metería en casa de mi madre; Tú me enseñarías, Y yo te haría beber vino Adobado del mosto de mis granadas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Te llevaría al hogar de mi infancia, y allí tú me enseñarías. Te daría a beber vino con especias, mi dulce vino de granada.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Te llevaría a la casa de mi madre, a la habitación de la que me concibió. Te daría a beber vino fragante y un licor hecho de granada.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Te guiaría, te metería en la casa de mi madre, Tú me enseñarías, Y yo te daría a beber vino aromatizado Con el mosto de mis granadas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Yo de guía, habría de llevarte a la casa de la madre y tú me enseñarías. Te daría a beber vino aromático y jugo de granadas.

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Cantares 8:2
16 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pasando de ellos un poco, hallé luego al que ama mi alma; trabé de él, y no lo dejé, hasta que lo metí en casa de mi madre, y en la cámara de la que me concibió.


Levantémonos de mañana a las viñas; veamos si brotan las vides, si se abre el cierne, si han florecido los granados; allí te daré mis amores.


¡Cuán hermosos son tus amores, hermana mía, esposa mía! ¡Cuánto mejores que el vino tus amores, y el olor de tus ungüentos que todas las especias aromáticas!


Mas la Jerusalén de arriba es libre; la cual es la madre de todos nosotros.


y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.


Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.


y tu paladar como el buen vino, que se entra a mi amado suavemente, y hace hablar los labios de los que duermen.


mató sus víctimas, mezcló su vino, y puso su mesa.


Y yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.


Tenemos además la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien de estar atentos como a una lámpara que alumbra en lugar oscuro hasta que el día esclarezca, y la estrella de la mañana salga en vuestros corazones;


¡Oh que fueras tú como mi hermano, que mamó los pechos de mi madre; así, al encontrarte afuera yo te besaría, y no me menospreciarían!


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