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Cantares 6:4 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Hermosa eres tú, oh amada mía, como Tirsa; de desear, como Jerusalén; Imponente como un ejército con sus banderas.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Hermosa eres tú, oh amiga mía, como Tirsa; De desear, como Jerusalén; Imponente como ejércitos en orden.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Eres hermosa, amada mía, como la bella ciudad de Tirsa. Sí, eres tan hermosa como Jerusalén, tan majestuosa como un ejército con sus estandartes desplegados al viento.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Eres hermosa, amada mía, como Tirsá, encantadora como Jerusalén, imponente como tropas ordenadas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Él Oh amada mía, eres hermosa como Tirsa,° Deseable como Jerusalem, Imponente como un ejército con estandartes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Eres bella, amiga mía, como Tirsá, como Jerusalén, llena de gracia, terrible como ejército formado bajo las banderas.

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Cantares 6:4
21 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¿Quién es esta que se muestra como el alba, hermosa como la luna, esclarecida como el sol, imponente como ejércitos con sus banderas?


Hermosa provincia, el gozo de toda la tierra es el monte de Sión, a los lados del norte, la ciudad del gran Rey.


Entonces la esposa de Jeroboam se levantó, y se fue, y vino a Tirsa: y entrando ella por el umbral de la casa, el niño murió.


Y yo Juan vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía de Dios, del cielo, dispuesta como una novia ataviada para su marido.


Todos los que pasaban por el camino, batieron las manos sobre ti; silbaron, y movieron sus cabezas sobre la hija de Jerusalén, diciendo: ¿Es esta la ciudad que llamaban: La perfección de la hermosura, el gozo de toda la tierra?


Toda tú eres hermosa, amada mía y en ti no hay mancha.


Paloma mía, que estás en las hendiduras de la roca, en lo escondido de escarpados parajes, muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz; porque dulce es tu voz, y hermoso tu semblante.


De Sión, perfección de hermosura, Dios ha resplandecido.


para presentársela gloriosa para sí, una iglesia que no tuviese mancha ni arruga, ni cosa semejante; sino que fuese santa y sin mancha.


porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas;


Y será en aquel día, que yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos; todos los que se la cargaren serán despedazados, aunque todas las naciones de la tierra se junten contra ella.


Yo dormía, pero mi corazón velaba: La voz de mi amado que llamaba: Ábreme, hermana mía, amada mía, paloma mía, perfecta mía; porque mi cabeza está llena de rocío, mis cabellos de las gotas de la noche.


He aquí que tú eres hermosa, amada mía; he aquí que eres bella; tus ojos son como de paloma.


Morena soy, oh hijas de Jerusalén, pero codiciable; como las cabañas de Cedar, como las cortinas de Salomón.


En el tercer año de Asa, rey de Judá, comenzó a reinar Baasa, hijo de Ahías, sobre todo Israel en Tirsa; y reinó veinticuatro años.


Y oyendo esto Baasa, dejó de edificar a Ramá, y se estuvo en Tirsa.


Dios en sus palacios es conocido por refugio.


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