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Cantares 5:2 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Yo dormía, pero mi corazón velaba: La voz de mi amado que llamaba: Ábreme, hermana mía, amada mía, paloma mía, perfecta mía; porque mi cabeza está llena de rocío, mis cabellos de las gotas de la noche.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Yo dormía, pero mi corazón velaba. Es la voz de mi amado que llama: Ábreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, perfecta mía, Porque mi cabeza está llena de rocío, Mis cabellos de las gotas de la noche.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Yo dormía, pero mi corazón estaba atento, cuando oí que mi amante tocaba a la puerta y llamaba: «Ábreme, tesoro mío, amada mía, mi paloma, mi mujer perfecta. Mi cabeza está empapada de rocío, mi cabello, con la humedad de la noche».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Yo dormía, pero mi corazón estaba despierto. Oí la voz de mi amado que me llamaba: 'Abreme, hermana mía, compañera mía, paloma mía, preciosa mía; que mi cabeza está cubierta de rocío, y mis cabellos, de la humedad de la noche.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Ella Yo dormía, pero mi corazón velaba: ¡Una voz! ¡Mi amado está llamando! Él ¡Ábreme, hermana mía, amada mía, Paloma mía, perfecta mía! Porque mi cabeza está empapada de rocío, Y mis cabellos del relente de la noche.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Yo dormía, pero mi corazón velaba. ¡Una voz! Mi amado llama: '¡Ábreme, hermana, amada mía, mi paloma sin mancha; mi cabeza rezuma de rocío; mis bucles, de las gotas de la noche'.

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Cantares 5:2
39 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.


Paloma mía, que estás en las hendiduras de la roca, en lo escondido de escarpados parajes, muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz; porque dulce es tu voz, y hermoso tu semblante.


Y volvió el Ángel que hablaba conmigo, y me despertó como un hombre que es despertado de su sueño.


Mas una es la paloma mía, la perfecta mía; Es la única de su madre, la preferida de la que la engendró. La vieron las doncellas, y la llamaron bienaventurada; las reinas y las concubinas, y la alabaron.


ALEF. Bienaventurados los perfectos de camino; los que andan en la ley de Jehová.


Para que se cumpliese lo que fue dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: Él mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.


Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado su parecer, más que el de cualquier hombre; y su hermosura más que la de los hijos de los hombres,


Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y esputos.


Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos. Si diere el hombre todos los bienes de su casa por este amor, de cierto lo menospreciarían.


y tu paladar como el buen vino, que se entra a mi amado suavemente, y hace hablar los labios de los que duermen.


Su cabeza como oro finísimo; sus cabellos crespos, negros como el cuervo.


Cautivaste mi corazón, hermana mía, esposa mía; Cautivaste mi corazón con uno de tus ojos, con una cadenilla de tu cuello.


Toda tú eres hermosa, amada mía y en ti no hay mancha.


Por las noches busqué en mi lecho al que ama mi alma: Lo busqué, y no lo hallé.


Mi amado habló, y me dijo: Levántate, oh amada mía, hermosa mía, y ven.


¡La voz de mi amado! He aquí, él viene saltando sobre las montañas, brincando sobre los collados.


Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos.


Yo soy Jehová tu Dios, que te hice subir de la tierra de Egipto: Abre bien tu boca, y la llenaré.


Así sirvió Jacob por Raquel siete años; y le parecieron como pocos días porque la amaba.


Estos son los que no fueron contaminados con mujeres; porque son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que Él va. Estos fueron redimidos de entre los hombres por primicias para Dios y para el Cordero.


Pero aún tienes unas pocas personas en Sardis que no han contaminado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas; porque son dignas.


Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo.


Con Cristo estoy juntamente crucificado; mas vivo, ya no yo, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.


Y cuando ha sacado sus propias ovejas, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.


Y estando en agonía, oraba más intensamente; y fue su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.


Y Pedro y los que estaban con él, estaban cargados de sueño; y despertando, vieron su gloria, y a los dos varones que estaban con Él.


Y aconteció en aquellos días, que fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios.


Y levantándose muy de mañana, mucho antes del amanecer, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.


Y mientras él hablaba conmigo, caí dormido en tierra sobre mi rostro; y él me tocó, y me hizo estar en pie.


Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.


He aquí que tú eres hermoso, amado mío, y dulce; nuestro lecho también florido.


Abrí yo a mi amado; pero mi amado se había ido, había ya pasado; y tras su hablar salió mi alma; lo busqué, y no lo hallé; lo llamé, y no me respondió.


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