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Cantares 2:3 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Como el manzano entre los árboles silvestres, así es mi amado entre los jóvenes: Con gran deleite me senté bajo su sombra, y su fruto fue dulce a mi paladar.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Como el manzano entre los árboles silvestres, Así es mi amado entre los jóvenes; Bajo la sombra del deseado me senté, Y su fruto fue dulce a mi paladar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Como el manzano más selecto del huerto es mi amante entre los jóvenes. Me siento bajo su sombra placentera y saboreo sus deliciosos frutos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Como manzano entre los arbustos, así es mi amado entre los jóvenes. Estoy sentada a su sombra deseada y su fruto me es dulce al paladar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Ella Como el manzano entre los árboles del bosque, Así es mi amado entre los jóvenes. A su sombra he deseado sentarme, Y comer sus dulces frutos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Como manzano entre los árboles silvestres, así mi amado entre los jóvenes. A su sombra he deseado sentarme, y comer de sus sabrosos frutos.

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Cantares 2:3
34 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¿Quién es esta que sube del desierto, recostada sobre su amado? Debajo de un manzano te desperté: Allí tuvo dolores tu madre, allí tuvo dolores la que te dio a luz.


Y será aquel varón como escondedero contra el viento, y como refugio contra la tempestad; como ríos de agua en tierra de sequedad, como la sombra de una gran roca en tierra calurosa.


Porque has sido fortaleza al pobre, fortaleza al necesitado en su aflicción, refugio contra la tormenta, sombra contra el calor; porque el ímpetu de los violentos es como tormenta contra el muro.


puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual, por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz, menospreciando la vergüenza, y se sentó a la diestra del trono de Dios.


Y junto al río, en su ribera de uno y otro lado, crecerán todos los árboles para comer; cuyas hojas no se marchitarán, ni su fruto se consumirá; darán fruto nuevo según sus meses, porque sus aguas salen del santuario; y su fruto será para comer, y sus hojas para medicina.


Y habrá cobertizo para sombra contra el calor del día, y para refugio y escondedero contra la tormenta y contra el aguacero.


En aquel tiempo el renuevo de Jehová será para hermosura y gloria, y el fruto de la tierra para grandeza y honra al remanente de Israel.


Su paladar, dulcísimo; y todo él codiciable. Tal es mi amado, tal es mi amigo, oh hijas de Jerusalén.


Levántate, viento del norte, y ven, viento del sur; soplad sobre mi huerto, despréndanse sus aromas. Venga mi amado a su huerto, y coma de su dulce fruta.


Sustentadme con frascos, corroboradme con manzanas; porque estoy enferma de amor.


El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente.


Porque ¿quién en el cielo se comparará a Jehová? ¿Quién será semejante a Jehová entre los hijos de los poderosos?


Al Músico principal: sobre No destruyas: Mictam de David, cuando huyó de delante de Saúl a la cueva Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; porque en ti ha confiado mi alma, y en la sombra de tus alas me refugiaré, hasta que pasen estos quebrantos.


Tú eres más hermoso que los hijos de los hombres; la gracia se derramó en tus labios; por tanto, Dios te ha bendecido para siempre.


Y el escaramujo respondió a los árboles: Si en verdad me elegís por rey sobre vosotros, venid, y aseguraos debajo de mi sombra; y si no, fuego salga del escaramujo que devore los cedros del Líbano.


He aquí que tú eres hermoso, amado mío, y dulce; nuestro lecho también florido.


Tus renuevos son paraíso de granados, con frutos suaves, de flores de alheña y nardos,


Las mandrágoras han dado olor, y a nuestras puertas hay toda clase de dulces frutas, nuevas y añejas, que para ti, oh amado mío, he guardado.


Salomón tuvo una viña en Baal-hamón, la cual entregó a guardas, cada uno de los cuales debía traer mil piezas de plata por su fruto.


Mi viña, que es mía, está delante de mí; las mil serán tuyas, oh Salomón, y doscientas, para los que guardan su fruto.


Se secó la vid, se marchitó la higuera, el granado también, la palmera y el manzano; se secaron todos los árboles del campo; por lo cual se secó el gozo de los hijos de los hombres.


Cíñete tu espada sobre el muslo, oh poderoso, con tu gloria y tu majestad.


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