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Cantares 1:15 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

15 He aquí que tú eres hermosa, amada mía; he aquí que eres bella; tus ojos son como de paloma.

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Biblia Reina Valera 1960

15 He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; He aquí eres bella; tus ojos son como palomas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 ¡Qué hermosa eres, amada mía, qué hermosa! Tus ojos son como palomas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 ¡Oh mi amor, ¡qué bella eres, qué bella eres con esos ojos de paloma!

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Él He aquí eres hermosa, oh amada mía. ¡Cuán bella eres! Tus ojos son como palomas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 ¡Que eres bella, amada mía, que eres bella! Tus ojos son palomas.

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Cantares 1:15
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He aquí que tú eres hermosa, amada mía, he aquí que tú eres hermosa; tus ojos entre tus guedejas como de paloma; tus cabellos como rebaño de cabras, que se muestran desde el monte de Galaad.


Sus ojos, como de palomas junto a los arroyos de las aguas, que se lavan con leche, y a la perfección colocados.


Toda tú eres hermosa, amada mía y en ti no hay mancha.


Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha sido testigo entre ti y la esposa de tu juventud, contra la cual tú has sido desleal, aun siendo ella tu compañera y la esposa de tu pacto.


¡Qué hermosa eres, y cuán suave, oh amor deleitoso!


Hermosa eres tú, oh amada mía, como Tirsa; de desear, como Jerusalén; Imponente como un ejército con sus banderas.


Yo dormía, pero mi corazón velaba: La voz de mi amado que llamaba: Ábreme, hermana mía, amada mía, paloma mía, perfecta mía; porque mi cabeza está llena de rocío, mis cabellos de las gotas de la noche.


¡Cuán hermosos son tus amores, hermana mía, esposa mía! ¡Cuánto mejores que el vino tus amores, y el olor de tus ungüentos que todas las especias aromáticas!


la higuera ha echado sus higos, y las viñas en cierne dan su fragancia: Levántate, oh amada mía, hermosa mía, y ven.


Mi amado habló, y me dijo: Levántate, oh amada mía, hermosa mía, y ven.


Si tú no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres, sal tras las huellas del rebaño, y apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores.


A yegua de los carros de Faraón te he comparado, amada mía.


He aquí que tú eres hermoso, amado mío, y dulce; nuestro lecho también florido.


¿Quién es esta que se muestra como el alba, hermosa como la luna, esclarecida como el sol, imponente como ejércitos con sus banderas?


Tu estatura es semejante a la palmera, y tus pechos como racimos de uvas.


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