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2 Tesalonicenses 2:13 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

13 Mas nosotros debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos amados del Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, por la santificación del Espíritu y la fe en la verdad,

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Biblia Reina Valera 1960

13 Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 En cuanto a nosotros, no podemos más que agradecerle a Dios por ustedes, queridos hermanos, amados por el Señor. Siempre estamos agradecidos de que Dios los eligió para que estén entre los primeros en experimentar la salvación, una salvación que vino mediante el Espíritu —quien los hace santos— y por creer en la verdad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Pero nosotros tenemos que dar gracias en todo momento por ustedes, hermanos amados por el Señor, pues ustedes son la parte de Dios y fueron elegidos para que se salvaran mediante la fe verdadera y fueran santificados por el Espíritu.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios por vosotros, hermanos amados por el Señor, pues Dios os escogió como primicias° para salvación, en santificación de espíritu y fe verdadera;°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Nosotros, en cambio, debemos dar constantemente gracias a Dios por vosotros, hermanos amados por el Señor, porque Dios os ha escogido como primicias para la salvación por la santificación del Espíritu y por la fe en la verdad.

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2 Tesalonicenses 2:13
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quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según su propósito y gracia, la cual nos fue dada en Cristo Jesús desde antes del principio de los siglos;


Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para obtener salvación por nuestro Señor Jesucristo;


Sabiendo, hermanos amados de Dios, vuestra elección;


Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo sobremanera, y la caridad de cada uno de vosotros, abunda más y más de unos para con otros;


(aunque aún no habían nacido sus hijos, ni habían hecho bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras, sino por el que llama),


Y los gentiles oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor; y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna.


Al principio de tus súplicas fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, el asunto, y considera la visión.


Y cuando pasé yo junto a ti, y te miré, he aquí que tu tiempo era tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti y cubrí tu desnudez; y te hice juramento, y entré en pacto contigo y fuiste mía, dice el Señor Jehová.


que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no ha sido hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero;


En esto consiste el amor; no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino que Él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.


para que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, antes se complacieron en la injusticia.


Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros; es un don de Dios;


Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.


Y de Benjamín dijo: El amado de Jehová habitará confiado cerca de Él; Jehová lo cubrirá siempre, y entre sus hombros morará.


Nosotros le amamos a Él, porque Él nos amó primero.


Él, de su voluntad nos ha engendrado por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.


Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y el Dios y Padre nuestro, el cual nos amó, y nos dio consolación eterna, y buena esperanza por gracia,


por la esperanza que os está guardada en el cielo, de la cual habéis oído por la palabra verdadera del evangelio,


¡Oh gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad, ante cuyos ojos Jesucristo fue ya descrito entre vosotros como crucificado?


y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones.


Y me dijo: Daniel, varón muy amado, está atento a las palabras que te hablaré, y levántate sobre tus pies; porque a ti he sido enviado ahora. Y cuando él hablaba conmigo estas palabras, yo me puse de pie, temblando.


Desde la eternidad tuve el principado, desde el principio, antes de la tierra.


Y envió un mensajero por mano del profeta Natán, y llamó su nombre Jedidia, por causa de Jehová.


Y: Tú, Señor, en el principio fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos:


y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.


Estudia con diligencia para presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien la palabra de verdad.


y con todo engaño de iniquidad en los que perecen; por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.


¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.


Mas a Dios gracias, que aunque fuisteis esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados;


Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.


En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.


en santidad y justicia delante de Él, todos los días de nuestra vida.


y me dijo: Varón muy amado, no temas; la paz sea contigo; ten buen ánimo, y esfuérzate. Y cuando me habló recobré las fuerzas, y dije: Habla mi señor, porque me has fortalecido.


Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de longanimidad;


En el principio creó Dios el cielo y la tierra.


Y ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios por medio de la sabiduría; agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.


y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria.


Porque no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.


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