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2 Samuel 24:14 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

14 Entonces David dijo a Gad: En grande angustia estoy; caigamos ahora en mano de Jehová, porque grandes son sus misericordias, y no caiga yo en manos de hombres.

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Biblia Reina Valera 1960

14 Entonces David dijo a Gad: En grande angustia estoy; caigamos ahora en mano de Jehová, porque sus misericordias son muchas, mas no caiga yo en manos de hombres.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 —¡Estoy en una situación desesperada! —le respondió David a Gad—. Mejor que caigamos nosotros en las manos del Señor, porque su misericordia es grande, y que no caiga yo en manos humanas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 David dijo a Gad: 'Estoy en un gran aprieto, pero es mejor para nosotros caer en las manos de Yavé, porque él es rico en misericordia, antes que caer en manos de los hombres'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Y David respondió a Gad: Estoy en gran angustia; pero es preferible caer en manos de YHVH, porque muchas son sus misericordias, que caer en manos de los hombres.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Contestó David a Gad: 'Me veo en un gran aprieto. Pero prefiero que caigamos en manos de Yahveh, cuya misericordia es muy grande, a que yo caiga en manos de los hombres'.

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2 Samuel 24:14
28 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Muchas son tus misericordias, oh Jehová: Vivifícame conforme a tus juicios.


Al Músico principal: Salmo de David, cuando después que entró a Betsabé, vino a él Natán el profeta Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tus bondades; conforme a la multitud de tus misericordias borra mis transgresiones.


Entonces David dijo a Gad: Estoy en grande angustia: ruego que yo caiga en la mano de Jehová; porque sus misericordias son muchas en extremo. Y que no caiga yo en manos de hombres.


Y oró a Jehová, y dijo: Te ruego, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me precaví huyendo a Tarsis; porque yo sabía que tú eres Dios clemente y piadoso, lento para la ira y grande en misericordia, y que te arrepientes del mal.


Bueno es Jehová para con todos; y sus misericordias sobre todas sus obras.


Pero en ti hay perdón, para que seas temido.


Mas tú, oh Señor, eres Dios misericordioso y clemente, lento para la ira y grande en misericordia y verdad;


Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos; y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.


Me enojé contra mi pueblo, profané mi heredad, y los entregué en tu mano; no les tuviste misericordia; sobre el anciano agravaste mucho tu yugo.


El justo atiende a la vida de su bestia; mas las misericordias de los impíos son crueles.


Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los que te invocan.


Y levantándose de mañana el que servía al varón de Dios, para salir, he aquí el ejército que tenía cercada la ciudad, con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿Qué haremos?


Cuando los hombres de Israel vieron que estaban en estrecho (porque el pueblo estaba en aprieto), el pueblo se escondió en cuevas, en fosos, en peñascos, en rocas y en cisternas.


Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor;


Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¡Padre, sálvame de esta hora! Mas para esto he venido a esta hora.


Y estoy muy indignado contra las naciones que están reposadas; porque cuando yo estaba enojado un poco, ellos ayudaron para el mal.


¿Qué Dios hay como tú, que perdona la iniquidad y pasa por alto la transgresión del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se complace en la misericordia.


Y él inclinándose, dijo: ¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo?


Espere Israel a Jehová; porque en Jehová hay misericordia, y en Él hay abundante redención.


Pero en aquel día yo te libraré, dice Jehová, y no serás entregado en mano de aquellos a quienes tú temes.


Es por la misericordia de Jehová que no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.


Del Señor nuestro Dios es el tener misericordia, y el perdonar, aunque contra Él nos hemos rebelado;


Él volverá, Él tendrá misericordia de nosotros; Él sujetará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.


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