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2 Samuel 20:19 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

19 Yo soy de las pacíficas y fieles de Israel; y tú procuras destruir una ciudad que es madre en Israel: ¿Por qué destruyes la heredad de Jehová?

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Biblia Reina Valera 1960

19 Yo soy de las pacíficas y fieles de Israel; pero tú procuras destruir una ciudad que es madre en Israel. ¿Por qué destruyes la heredad de Jehová?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Soy alguien que ama la paz y que es fiel en Israel, pero usted está por destruir una ciudad importante de Israel. ¿Por qué quiere devorar lo que le pertenece al Señor?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 ¿y tú intentas destruir una ciudad que es madre de ciudades de Israel? ¿Por qué vas a destruir la herencia de Yavé?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Somos una de las más pacíficas y fieles de Israel, pero tú procuras destruir una ciudad que es madre° en Israel. ¿Por qué quieres devorar la heredad de YHVH?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Soy una de las ciudades más pacíficas y fieles de Israel; sin embargo, tú intentas traer la muerte a una ciudad que es una metrópoli en Israel. ¿Por qué quieres aniquilar la heredad de Yahveh?'.

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2 Samuel 20:19
29 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Ruego, pues, que el rey mi señor oiga ahora las palabras de su siervo. Si Jehová te incita contra mí, acepte Él una ofrenda; mas si fueren hijos de hombres, malditos sean ellos en presencia de Jehová, porque me han echado hoy para que no tenga parte en la heredad de Jehová, diciendo: Ve, sirve a dioses ajenos.


Dijo, pues, David a los gabaonitas: ¿Qué haré por vosotros, y con qué haré compensación, para que bendigáis a la heredad de Jehová?


por los reyes y por todos los que están en autoridad, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.


Por tanto enviad inmediatamente, y dad aviso a David, diciendo: No quedes esta noche en las llanuras del desierto, sino pasa aprisa al otro lado, para que no sea destruido el rey, y todo el pueblo que está con él.


Porque nosotros que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.


Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.


Todos tus enemigos abrieron contra ti su boca, silbaron, y rechinaron los dientes; dijeron: La hemos devorado; ciertamente este es el día que esperábamos; lo hemos hallado, lo hemos visto.


El Señor fue como un enemigo, devoró a Israel; destruyó todos sus palacios, demolió sus fortalezas; y multiplicó en la hija de Judá la tristeza y el lamento.


Destruyó el Señor, y no perdonó; Devoró en su furor todas las tiendas de Jacob: Echó por tierra las fortalezas de la hija de Judá, humilló el reino y a sus príncipes.


Y castigaré a Bel en Babilonia, y sacaré de su boca lo que se ha tragado; y las naciones nunca más acudirán a él; y el muro de Babilonia caerá.


Me devoró, me desmenuzó Nabucodonosor, rey de Babilonia; me dejó como un vaso vacío, me tragó como dragón, llenó su vientre de mis delicadezas, y me echó fuera.


vivos nos habrían tragado entonces, cuando se encendió su furor contra nosotros.


Los aldeanos cesaron en Israel, decayeron; hasta que yo Débora me levanté, me levanté como madre en Israel.


Porque la porción de Jehová es su pueblo; Jacob la cuerda de su heredad.


y la tierra abrió su boca y los tragó a ellos y a Coré, cuando aquel grupo murió, cuando consumió el fuego a doscientos cincuenta varones, los cuales fueron por señal.


Y la tierra abrió su boca, y los tragó a ellos, y a sus casas, y a todos los hombres de Coré, y a toda su hacienda.


Y se acercó Abraham y dijo: ¿Destruirás también al justo con el impío?


Cuando te acerques a una ciudad para combatirla, le proclamarás la paz.


Pues el rey oirá, para librar a su sierva de la mano del hombre que me quiere destruir a mí, y a mi hijo juntamente, de la heredad de Dios.


Entonces ella volvió a hablar, diciendo: Antiguamente solían hablar, diciendo: Quien preguntare, pregunte en Abel; y así concluían todo asunto.


Y Joab respondió, diciendo: Nunca tal, nunca tal me acontezca, que yo destruya ni deshaga.


Tomando entonces Samuel un frasco de aceite, lo derramó sobre su cabeza, y lo besó, y le dijo: ¿No te ha ungido Jehová para que seas capitán sobre su heredad?


porque tú los apartaste de entre todos los pueblos de la tierra para que fuesen tu heredad, como lo dijiste por mano de Moisés tu siervo, cuando sacaste a nuestros padres de Egipto, oh Señor Jehová.


Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová; el pueblo a quien Él ha escogido como su herencia.


De tras las paridas lo trajo, para que apacentase a Jacob, su pueblo, y a Israel, su heredad.


Para que yo vea el bien de tus escogidos, para que me goce en la alegría de tu gente, y me gloríe con tu heredad.


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