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2 Reyes 9:6 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Y él se levantó, y entró en casa; y el otro derramó el aceite sobre su cabeza, y le dijo: Así dice Jehová, el Dios de Israel: Yo te he ungido por rey sobre el pueblo de Jehová, sobre Israel.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Y él se levantó, y entró en casa; y el otro derramó el aceite sobre su cabeza, y le dijo: Así dijo Jehová Dios de Israel: Yo te he ungido por rey sobre Israel, pueblo de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Entonces Jehú dejó a los otros y entró en la casa. Acto seguido, el joven profeta derramó el aceite sobre la cabeza de Jehú y dijo: «Esto es lo que el Señor, Dios de Israel, dice: “Yo te unjo rey del pueblo del Señor, Israel.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Jehú se paró y entró en la casa, entonces el hermano profeta derramó aceite sobre su cabeza diciéndole: 'Esto dice Yavé, Dios de Israel: Te he consagrado como rey del pueblo de Yavé, de Israel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Y él se levantó y entró en la casa, y Eliseo derramó el aceite sobre su cabeza y le dijo: Así dice YHVH Dios de Israel: ¡Te he ungido como rey sobre Israel, pueblo de YHVH!°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Jehú se levantó y entró en la casa. El joven derramó el aceite sobre su cabeza, mientras le decía: 'Así habla Yahveh, Dios de Israel: yo te unjo por rey del pueblo de Yahveh, de Israel.

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2 Reyes 9:6
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Pero esto venía de Dios, para que Ocozías fuese hollado viniendo a Joram; porque cuando vino, salió con Joram contra Jehú, hijo de Nimsi, al cual Jehová había ungido para que cortase la casa de Acab.


Toma luego el frasco de aceite y derrámalo sobre su cabeza, y di: Así dice Jehová: Yo te he ungido por rey sobre Israel. Y abriendo la puerta, huye, y no esperes.


Y a Jehú, hijo de Nimsi, ungirás por rey sobre Israel; y a Eliseo, hijo de Safat, de Abel-mehola, ungirás para que sea profeta en tu lugar.


Y de entre los hombres te echan, y con las bestias del campo será tu morada, y como a los bueyes te apacentarán: y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo señorea en el reino de los hombres, y que a quien Él quiere lo da.


La sentencia es por decreto de los vigilantes, y por dicho de los santos la demanda: para que sepan los vivientes que el Altísimo señorea en el reino de los hombres, y a quien Él quiere lo da, y establece sobre él al más bajo de los hombres.


Y Él cambia los tiempos y las sazones; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos.


Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán:


Porque ni del oriente, ni del occidente, ni del sur viene el enaltecimiento.


Pero yo he puesto a mi Rey sobre Sión, mi santo monte.


Por cuanto yo te levanté del polvo, y te puse por príncipe sobre mi pueblo Israel, y tú has andado en el camino de Jeroboam, y has hecho pecar a mi pueblo Israel, provocándome a ira con sus pecados;


Ve, y di a Jeroboam: Así dice Jehová, el Dios de Israel: Por cuanto yo te levanté de en medio del pueblo, y te hice príncipe sobre mi pueblo Israel,


Bendito sea Jehová tu Dios que se agradó de ti para ponerte en el trono de Israel; porque Jehová ha amado siempre a Israel, y te ha puesto por rey, para que hagas derecho y justicia.


Y tu siervo está en medio de tu pueblo al cual tú escogiste; un pueblo grande, que no se puede contar ni numerar por su multitud.


Y allí lo ungirán el sacerdote Sadoc y el profeta Natán por rey sobre Israel; y tocaréis trompeta, diciendo: ¡Viva el rey Salomón!


Jehová empobrece, y Él enriquece: Abate, y enaltece.


Él levanta del polvo al pobre, y del muladar exalta al menesteroso, para hacerle sentar con príncipes, y hacerle heredar un trono de honor. Porque de Jehová son las columnas de la tierra, y Él asentó sobre ellas el mundo.


Tomando entonces Samuel un frasco de aceite, lo derramó sobre su cabeza, y lo besó, y le dijo: ¿No te ha ungido Jehová para que seas capitán sobre su heredad?


Y cuando él entró, he aquí los capitanes del ejército estaban sentados. Y él dijo: Oh capitán, una palabra tengo que decirte. Y Jehú dijo: ¿A cuál de todos nosotros? Y él dijo: A ti, oh capitán.


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