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2 Reyes 7:13 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

13 Entonces respondió uno de sus siervos, y dijo: Tomen ahora cinco de los caballos que han quedado en la ciudad, (he aquí, ellos son como toda la multitud de Israel que ha quedado en ella; he aquí, os digo que ellos son como toda la multitud de Israel que ha perecido); enviemos, y veamos qué hay.

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Biblia Reina Valera 1960

13 Entonces respondió uno de sus siervos y dijo: Tomen ahora cinco de los caballos que han quedado en la ciudad (porque los que quedan acá también perecerán como toda la multitud de Israel que ya ha perecido), y enviemos y veamos qué hay.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Entonces uno de sus oficiales le dijo: —Deberíamos mandar espías a investigar. Que se lleven cinco de los caballos que quedan. Si les pasa algo, no será peor que si se quedan aquí y mueren con todos nosotros.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Pero uno de los consejeros le respondió: 'Tomemos cinco caballos de los que quedan. De todos modos están destinados a morir al igual que el total de los israelitas. Mandémoslos y veamos qué pasa'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Uno de sus siervos tomó entonces la palabra y dijo: Tómense cinco de los caballos que restan y enviémoslos y veamos, pues los que en ella han quedado van a correr igual suerte que toda la multitud de israelitas que ya ha perecido.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Respondió uno de sus servidores: 'Tómense cinco caballos de los que quedan en la ciudad, pues ellos, lo mismo que toda la muchedumbre de Israel, están pereciendo, enviémoslos y ya veremos'.

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2 Reyes 7:13
7 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Más dichosos fueron los muertos a espada que los muertos por el hambre; porque estos murieron poco a poco por falta de los frutos de la tierra.


Si salgo al campo, he aquí muertos a espada; y si entro en la ciudad, he aquí enfermos de hambre; porque tanto el profeta como el sacerdote andan vagando en una tierra que no conocen.


Si tratáremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad moriremos en ella; y si nos quedamos aquí, también moriremos. Vamos pues ahora, y pasémonos al ejército de los sirios; si ellos nos dieren la vida, viviremos; y si nos dieren la muerte, moriremos.


Y cuando él aún estaba hablando con ellos, he aquí el mensajero que descendía a él; y dijo: Ciertamente este mal de Jehová viene. ¿Para qué he de esperar más a Jehová?


Mas sus criados se acercaron a él, y le hablaron, diciendo: Padre mío, si el profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la harías? ¿Cuánto más, diciéndote: Lávate, y serás limpio?


Y el rey se levantó de noche, y dijo a sus siervos: Yo os declararé lo que nos han hecho los sirios. Ellos saben que tenemos hambre, y han salido de las tiendas y se han escondido en el campo, diciendo: Cuando salgan de la ciudad, los tomaremos vivos y entraremos en la ciudad.


Tomaron, pues, dos caballos de un carro, y el rey los envió tras el ejército de los sirios, diciendo: Id y ved.


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