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2 Reyes 6:29 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

29 Así que cocimos a mi hijo, y lo comimos; y al día siguiente yo le dije a ella: Da acá a tu hijo, y comámoslo; pero ella ha escondido a su hijo.

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Biblia Reina Valera 1960

29 Cocimos, pues, a mi hijo, y lo comimos. El día siguiente yo le dije: Da acá tu hijo, y comámoslo. Mas ella ha escondido a su hijo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

29 Entonces cocinamos a mi hijo y nos lo comimos. Al día siguiente, yo le dije: “Mata a tu hijo para que nos lo comamos”, pero ella lo había escondido.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

29 Pues bien cocimos a mi hijo y lo comimos, pero cuando al día siguiente le digo: Dame a tu hijo para que lo comamos, lo escondió'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

29 Cocimos, pues, mi hijo y lo comimos; y al día siguiente le dije: Entrega tu hijo para que podamos comerlo, pero ella ha escondido a su hijo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

29 Cocimos a mi hijo y nos lo comimos; y al día siguiente le dije: 'Dame tu hijo y nos lo comeremos'. Pero ella ha escondido a su hijo'.

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2 Reyes 6:29
9 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que Jehová tu Dios te dio, en el asedio y en al aprieto con que te angustiará tu enemigo.


Y comeréis las carnes de vuestros hijos, y comeréis las carnes de vuestras hijas:


y para con su chiquita que sale de entre sus pies, y para con sus hijos que dé a luz; pues los comerá a escondidas, a falta de todo, en el asedio y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en tus ciudades.


Como uno a quien consuela su madre, así os consolaré yo, y en Jerusalén seréis consolados.


¿Se olvidará la mujer de su niño de pecho, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque se olviden ellas, yo no me olvidaré de ti.


Entonces la mujer de quien era el hijo vivo, habló al rey (porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo), y dijo: ¡Ah, señor mío! dad a esta el niño vivo, y no lo matéis. Mas la otra dijo: Ni a mí ni a ti; partidlo.


Y si con esto no me oyereis, mas procediereis conmigo en oposición,


Y te pondrá sitio en todas tus ciudades, hasta que tus muros altos y fortificados en que tú confías caigan en toda tu tierra; te sitiará, pues, en todas tus ciudades y en toda tu tierra, que Jehová tu Dios te hubiere dado.


Las manos de las mujeres piadosas cocieron a sus propios hijos; les sirvieron de comida en el quebrantamiento de la hija de mi pueblo.


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