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2 Reyes 5:7 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

7 Y sucedió que cuando el rey de Israel leyó la carta, rasgó sus vestiduras, y dijo: ¿Soy yo Dios, que mate y dé vida, para que este envíe a mí a que sane a un hombre de su lepra? Considerad ahora, y ved cómo busca ocasión contra mí.

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Biblia Reina Valera 1960

7 Luego que el rey de Israel leyó las cartas, rasgó sus vestidos, y dijo: ¿Soy yo Dios, que mate y dé vida, para que este envíe a mí a que sane un hombre de su lepra? Considerad ahora, y ved cómo busca ocasión contra mí.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Cuando el rey de Israel leyó la carta, horrorizado, rasgó sus vestiduras y dijo: «¿Acaso soy Dios para dar vida y quitarla? ¿Por qué este hombre me pide que sane a alguien con lepra? Creo que solo busca pelear conmigo».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Al leer la carta, el rey de Israel rasgó su ropa diciendo: '¿Acaso soy un dios para hacer morir o devolver la vida? ¡Ese me pide que le quite a éste la lepra! ¡Fíjense y díganme si esto no es más que para buscarme pelea!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Y sucedió que al leer la carta, el rey de Israel rasgó sus vestidos, y dijo: ¿Acaso soy ’Elohim para matar o para hacer vivir, para que éste me envíe a un hombre a curarlo de su lepra? Considerad ahora, y ved cómo busca ocasión contra mí.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Cuando el rey de Israel leyó la carta, rasgó sus vestiduras y exclamó: '¿Es que yo soy Dios para que pueda quitar o dar la vida, y por eso éste me envía un hombre para que lo cure de la lepra? Reparad y ved que está buscando ocasión de querella contra mí'.

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2 Reyes 5:7
19 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Jehová mata, y Él da vida: Él hace descender al sepulcro, y hace subir.


Entonces el rey de Israel llamó a todos los ancianos de la tierra, y les dijo: Entended, y ved ahora cómo este no busca sino mal; pues ha enviado a mí por mis esposas y mis hijos, y por mi plata y por mi oro; y yo no se lo he negado.


Y Jacob se enojaba contra Raquel, y decía: ¿Soy yo en lugar de Dios, que te impidió el fruto de tu vientre?


Ved ahora que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo; yo hago morir, y yo hago vivir; yo hiero, y yo curo; y no hay quien pueda librar de mi mano.


acechándole, y procurando cazar alguna palabra de su boca para acusarle.


Venid y volvámonos a Jehová; porque Él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará.


Finalmente, el asunto que el rey demanda, es singular, ni hay quien lo pueda declarar delante del rey, salvo los dioses cuya morada no es con la carne.


Y cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgando sus ropas, corrieron hacia la multitud, dando voces,


Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora habéis oído su blasfemia.


Y no tuvieron temor, ni rasgaron sus vestiduras, ni el rey ni ninguno de sus siervos que oyeron todas estas palabras.


Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías, que era mayordomo, y Sebna, el escriba, y Joah, hijo de Asaf, el cronista, vinieron a Ezequías, rasgadas sus vestiduras, y le declararon las palabras del Rabsaces.


Y cuando miró, he aquí que el rey estaba junto a la columna, conforme era la costumbre, y los príncipes y los trompeteros junto al rey; y todo el pueblo del país se regocijaba y tocaban las trompetas. Entonces Atalía, rasgando sus vestidos, gritó: ¡Traición, traición!


¡Oh, que fueran sabios, que comprendieran esto, que entendieran su postrimería!


Y Josué, hijo de Nun, y Caleb, hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rompieron sus vestiduras;


Y Rubén volvió al pozo, y he aquí, José no estaba en el pozo, y rasgó sus vestiduras.


Tomó también la carta para el rey de Israel, que decía así: Ahora, cuando esta carta llegue a ti, sabe por ella que yo te envío a mi siervo Naamán, para que lo sanes de su lepra.


Y les respondió José: No temáis: ¿acaso estoy yo en lugar de Dios?


Entonces David trabando de sus vestiduras, las rasgó; y lo mismo hicieron los hombres que estaban con él.


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