Y cuando oyeron todos los capitanes del ejército que estaba por el campo, ellos y sus hombres, que el rey de Babilonia había puesto a Gedalías, hijo de Ahicam, sobre la tierra, y que le había encomendado los hombres, y las mujeres, y los niños, y los pobres de la tierra, que no fueron llevados cautivos a Babilonia.
Y llevó en cautiverio a toda Jerusalén, a todos los príncipes, y a todos los hombres esforzados y valientes, hasta diez mil cautivos, y a todos los artesanos y herreros. No quedó nadie, excepto los pobres del pueblo de la tierra.
Hijo de hombre, los que habitan aquellos desiertos en la tierra de Israel, hablan diciendo: Abraham era uno, y poseyó la tierra; pues nosotros somos muchos; a nosotros es dada la tierra en posesión.
Pero Nabuzaradán, capitán de la guardia, dejó en tierra de Judá a los más pobres del pueblo, que no tenían nada, y en ese tiempo les dio viñas y campos.
También llevó cautivos a Babilonia a Joaquín, y a la madre del rey, y a las esposas del rey, y a sus oficiales y a los poderosos de la tierra; cautivos los llevó de Jerusalén a Babilonia.
A todos los hombres de guerra, que fueron siete mil, y a los artesanos y herreros, que fueron mil, y a todos los hombres fuertes y aptos para la guerra, llevó cautivos el rey de Babilonia.
Y cuando hubieron terminado, trajeron el resto del dinero delante del rey y de Joiada, e hicieron de él utensilios para la casa de Jehová, utensilios para el servicio, morteros, cucharas, vasos de oro y de plata. Y sacrificaban holocaustos continuamente en la casa de Jehová todos los días de Joiada.
que vino Hanani, uno de mis hermanos, él y ciertos varones de Judá, y les pregunté por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalén.
Por esta causa la maldición consumió la tierra, y los que habitan en ella fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y pocos son los hombres que aún quedan.