Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





2 Reyes 25:10 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Y todo el ejército de los caldeos que estaba con el capitán de la guardia, derribó los muros alrededor de Jerusalén.

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

10 Y todo el ejército de los caldeos que estaba con el capitán de la guardia, derribó los muros alrededor de Jerusalén.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Después supervisó a todo el ejército babilónico mientras derribaba por completo las murallas de Jerusalén.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Las tropas caldeas que acompañaban al jefe de los guardias demolieron la muralla que rodeaba a Jerusalén.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

10 Y todo el ejército de los caldeos que estaba con el capitán de la guardia, derribó los muros alrededor de Jerusalem.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Todas las tropas caldeas que estaban con el jefe de la guardia demolieron las murallas que rodeaban Jerusalén.

សូមមើលជំពូក ចម្លង




2 Reyes 25:10
9 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad allí en la provincia, están en gran aflicción y oprobio, y el muro de Jerusalén está derribado, y sus puertas están quemadas a fuego.


Y los caldeos prendieron fuego a la casa del rey y a las casas del pueblo, y derribaron los muros de Jerusalén.


Escalad sus muros, y destruid; mas no hagáis consumación: quitad las almenas de sus muros, porque no son de Jehová.


Además Joás, rey de Israel, tomó a Amasías, rey de Judá, hijo de Joás, hijo de Ocozías, en Bet-semes: y vino a Jerusalén, y rompió el muro de Jerusalén desde la puerta de Efraín hasta la puerta del Ángulo, cuatrocientos codos.


Salmo de Asaf Oh Dios, los gentiles han entrado a tu heredad; han profanado tu santo templo; han dejado a Jerusalén en ruinas.


Que nuestros bueyes estén fuertes para el trabajo; que no tengamos asalto, ni que hacer salida, ni grito de alarma en nuestras calles.


Y aconteció en el año duodécimo de nuestro cautiverio, en el mes décimo, a los cinco del mes, que vino a mí uno que había escapado de Jerusalén, diciendo: La ciudad ha sido herida.


y comerá el fruto de tu ganado y el fruto de tu tierra, hasta que perezcas: y no te dejará grano, ni mosto, ni aceite, ni la cría de tus vacas, ni los rebaños de tus ovejas, hasta destruirte.


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម