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2 Reyes 17:14 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

14 Pero ellos no obedecieron, antes endurecieron su cerviz, como la cerviz de sus padres, los cuales no creyeron en Jehová su Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

14 Mas ellos no obedecieron, antes endurecieron su cerviz, como la cerviz de sus padres, los cuales no creyeron en Jehová su Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Sin embargo, los israelitas no quisieron escuchar. Fueron tan tercos como sus antepasados, quienes se negaron a creer en el Señor su Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Pero no hicieron caso, y se mostraron más tercos que sus padres que no habían creído en Yavé, su Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Pero ellos no obedecieron, sino que endurecieron su cerviz, como la cerviz de sus padres, los cuales no habían permanecido fieles a YHVH su Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Pero ellos no les prestaron atención, sino que endurecieron su cerviz como habían hecho sus antepasados, que no quisieron creer en Yahveh, su Dios.

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2 Reyes 17:14
27 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.


Porque yo conozco tu rebelión, y tu dura cerviz; he aquí que aun viviendo yo con vosotros hoy, sois rebeldes contra Jehová; ¿y cuánto más después que yo haya muerto?


Mirad, hermanos, que en ninguno de vosotros haya corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo;


Pero no me escucharon ni inclinaron su oído; antes endurecieron su cerviz, e hicieron peor que sus padres.


Por cuanto yo sabía que eres obstinado, y tendón de hierro tu cerviz, y tu frente de bronce,


El hombre que reprendido muchas veces endurece su cerviz, de repente será quebrantado, y no habrá para él remedio.


Pero aborrecieron la tierra deseable; no creyeron a su palabra;


Con todo esto, pecaron aún, y no creyeron en sus obras maravillosas.


Por cuanto no creyeron a Dios, ni confiaron en su salvación:


También se rebeló contra Nabucodonosor, el cual le había hecho jurar por Dios; y endureció su cerviz, y obstinó su corazón para no volverse a Jehová, el Dios de Israel.


Y aun con esto no creísteis a Jehová vuestro Dios,


Y Jehová dijo a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz:


Y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo no querréis guardar mis mandamientos y mis leyes?


(A la tierra que fluye leche y miel); porque yo no subiré en medio de ti, porque eres pueblo de dura cerviz, no sea que te consuma en el camino.


Y me habló Jehová, diciendo: He visto ese pueblo, y he aquí, que es pueblo duro de cerviz.


y no sean como sus padres, una generación contumaz y rebelde; una generación que no dispuso su corazón, y cuyo espíritu no fue fiel para con Dios.


Al cabo de siete años dejará ir cada uno a su hermano hebreo que te fuere vendido; y cuando te haya servido seis años, lo enviarás libre de ti; pero vuestros padres no me escucharon, ni inclinaron su oído.


Pero si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad, y de su mal camino, él morirá por su pecado, pero tú habrás librado tu alma.


Mas cuando su corazón se ensoberbeció, y su espíritu se endureció en altivez, fue depuesto del trono de su reino, y traspasaron de él la gloria:


Y les envió profetas para que los volviesen a Jehová, los cuales les amonestaron; mas ellos no los escucharon.


Y los amonestaste para que volviesen a tu ley; mas ellos fueron soberbios, y no oyeron tus mandamientos, sino que pecaron contra tus juicios, los cuales si el hombre hiciere, en ellos vivirá. Pero ellos dieron la espalda, y endurecieron su cerviz, y no escucharon.


Y le dije después que hizo todo esto: Vuélvete a mí; pero no se volvió. Y lo vio su hermana, la rebelde Judá.


Y me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a una nación rebelde que se ha rebelado contra mí; ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día.


Hijo de hombre, tú habitas en medio de una casa rebelde, los cuales tienen ojos para ver, y no ven, tienen oídos para oír, y no oyen, porque son una casa rebelde.


Cuanto más los llamaban, así ellos se iban de su presencia; a los Baales sacrificaban, y a los ídolos quemaban incienso.


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