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2 Crónicas 18:7 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

7 Y el rey de Israel respondió a Josafat: Aún hay aquí un hombre por el cual podemos preguntar a Jehová; mas yo le aborrezco, porque nunca me profetiza cosa buena, sino siempre mal. Este es Micaías, hijo de Imla. Y respondió Josafat: No hable así el rey.

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Biblia Reina Valera 1960

7 El rey de Israel respondió a Josafat: Aún hay aquí un hombre por el cual podemos preguntar a Jehová; mas yo le aborrezco, porque nunca me profetiza cosa buena, sino siempre mal. Este es Micaías hijo de Imla. Y respondió Josafat: No hable así el rey.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 El rey de Israel contestó a Josafat: —Hay un hombre más que podría consultar al Señor por nosotros, pero lo detesto. ¡Nunca me profetiza nada bueno, solo desgracias! Se llama Micaías, hijo de Imla. —¡Un rey no debería hablar de esa manera! —respondió Josafat—. Escuchemos lo que tenga que decir.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 El rey de Israel le dijo: 'Sí, hay un hombre por quien podríamos consultar a Yavé, pero yo le tengo odio, pues nunca me profetiza el bien, sino el mal. Es Miqueas, hijo de Jimlá. Josafat lo reprendió: 'No hables de esta manera.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Y el rey de Israel respondió a Josafat: Todavía queda un hombre por medio del cual podemos consultar a YHVH, pero yo lo aborrezco, porque nunca me profetiza para bien, sino siempre para mal. Es Micaías ben Imla. Y dijo Josafat: No hable así el rey.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 El rey de Israel respondió a Josafat: 'Queda todavía un hombre por medio del cual se puede consultar a Yahveh; pero yo siento aversión hacia él, porque nunca me profetiza bienes, sino solamente males. Es Miqueas, hijo de Yimlá'. Josafat le dijo: 'No hable el rey así'.

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2 Crónicas 18:7
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Tú que te dices casa de Jacob, ¿se ha acortado el Espíritu de Jehová? ¿Son éstas sus obras? ¿Mis palabras no hacen bien al que camina rectamente?


Ellos odian al que reprende en la puerta de la ciudad, y aborrecen al que habla lo recto.


Bienaventurados seréis, cuando los hombres os aborrecieren, y cuando os apartaren de sí, y os vituperaren, y desecharen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre.


Que dicen a los videntes: No veáis; y a los profetas: No nos profeticéis lo recto, decidnos cosas agradables, profetizad mentiras;


Y Acab dijo a Elías: ¿Me has hallado, enemigo mío? Y él respondió: Te he encontrado, porque te has vendido a hacer lo malo ante los ojos de Jehová.


Y aconteció que cuando Acab vio a Elías, le dijo Acab: ¿Eres tú el que has turbado a Israel?


¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, porque os digo la verdad?


Si yo no hubiese hecho entre ellos obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora también ellos las han visto, y nos han aborrecido a mí y a mi Padre.


No puede el mundo aborreceros a vosotros, mas a mí me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son malas.


Y enseguida el rey envió a un verdugo, y mandó que fuese traída su cabeza; y el verdugo fue y le decapitó en la cárcel,


Y los príncipes dijeron al rey: Te pedimos que se dé muerte a este hombre; porque de esta manera debilita las manos de los hombres de guerra que quedan en esta ciudad, y las manos de todo el pueblo, al hablarles tales palabras; porque este hombre no busca el bien de este pueblo, sino el mal.


Y dijeron: Venid, y tramemos maquinaciones contra Jeremías; porque la ley no faltará del sacerdote, ni consejo del sabio, ni palabra del profeta. Venid e hirámoslo con la lengua, y no atendamos a ninguna de sus palabras.


Los hombres sanguinarios aborrecen al íntegro; pero los rectos procuran por su alma.


Como zarcillo de oro y joyel de oro fino, es el que reprende al sabio que tiene oído dócil.


No reprendas al escarnecedor, para que no te aborrezca: Corrige al sabio, y te amará.


Sácame del lodo, y no dejes que me hunda; sea yo librado de los que me aborrecen, y de las aguas profundas.


a causa de la voz del enemigo, por la opresión del impío; porque iniquidad echaron sobre mí, y con furor me aborrecen.


Matará al malo la maldad; y los que aborrecen al justo serán asolados.


Y dijo Micaías: Vive Jehová, que lo que mi Dios me dijere, eso hablaré. Y vino al rey.


Y sucedió que cuando Joram vio a Jehú, dijo: ¿Hay paz, Jehú? Y él respondió: ¿Qué paz, mientras sean tantas las prostituciones de tu madre Jezabel y sus hechicerías?


Y él respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares y han matado a espada a tus profetas: y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida.


Porque cuando Jezabel destruía a los profetas de Jehová, Abdías tomó cien profetas, los cuales escondió de cincuenta en cincuenta en una cueva, y los sustentó con pan y agua.


Y el rey de Israel respondió a Josafat: Aún hay un varón por el cual podríamos consultar a Jehová, Micaías, hijo de Imla; mas yo le aborrezco, porque nunca me profetiza bien, sino solamente mal. Y Josafat dijo: No hable el rey así.


Mas Josafat dijo: ¿Hay aún aquí algún profeta de Jehová, para que por medio de él preguntemos?


Entonces el rey de Israel llamó a un oficial, y le dijo: Haz venir luego a Micaías, hijo de Imla.


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