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2 Corintios 1:19 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

19 Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, por mí y Silvano y Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en Él.

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Biblia Reina Valera 1960

19 Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, por mí, Silvano y Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Pues Jesucristo, el Hijo de Dios, no titubea entre el «sí» y el «no». Él es aquel de quien Silas, Timoteo y yo les predicamos, y siendo el «sí» definitivo de Dios, él siempre hace lo que dice.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 al igual que el Hijo de Dios, Cristo Jesús, al que tanto yo como Silvano y Timoteo predicamos, no fue sí y no; en él no hubo más que un sí.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Porque el Hijo de Dios, Jesús el Mesías, que por nosotros fue predicado entre vosotros; por mí, por Silvano y Timoteo,° no fue sí y no; sino que ha sido sí en Él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Porque el Hijo de Dios, Cristo Jesús, que nosotros, Silvano, Timoteo y yo, proclamamos entre vosotros, no fue sí y no, sino que en él se realizó el sí.

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2 Corintios 1:19
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Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por siempre.


Y cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y Él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último;


Cualquiera que se rebela, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, el tal tiene al Padre y al Hijo.


Y escribe al ángel de la iglesia en TIATIRA: El Hijo de Dios, que tiene sus ojos como llama de fuego, y sus pies semejantes al latón fino, dice estas cosas:


Y sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Éste es el verdadero Dios, y la vida eterna.


Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.


Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo, constreñido en espíritu, testificaba a los judíos que Jesús era el Cristo.


que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia; a Éfeso, y a Esmirna, y a Pérgamo, y a Tiatira, y a Sardis, y a Filadelfia, y a Laodicea.


Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.


Porque Él recibió de Dios Padre honor y gloria, cuando le fue enviada desde la magnífica gloria una gran voz que decía: Éste es mi Hijo amado, en el cual tengo contentamiento.


Ellos perecerán, mas tú permaneces; y todos ellos se envejecerán como una vestidura;


Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir varones de ellos, y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé; a Judas que tenía por sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos,


Y luego predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que Éste es el Hijo de Dios.


Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua; y dijo el eunuco: He aquí agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?


Pero estas se han escrito, para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.


Los judíos respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo el Hijo de Dios.


Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.


Y nosotros creemos, y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.


Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree no se pierda, mas tenga vida eterna.


Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios: Tú eres el Rey de Israel.


Y yo le vi, y doy testimonio de que Éste es el Hijo de Dios.


Y respondiendo el ángel le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también lo Santo que de ti nacerá, será llamado el Hijo de Dios.


Principio del evangelio de Jesucristo, el Hijo de Dios.


Y el centurión y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente Éste era el Hijo de Dios.


y diciendo: Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo. Si eres el Hijo de Dios, desciende de la cruz.


El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.


Mientras Él aún hablaba, una nube resplandeciente los cubrió; y he aquí, una voz desde la nube, que decía: Éste es mi Hijo amado, en quien tengo contentamiento; a Él oíd.


Y he aquí una voz del cielo que decía: Éste es mi Hijo amado, en quien tengo contentamiento.


Yo publicaré el decreto: Jehová me ha dicho: Mi Hijo eres tú; yo te he engendrado hoy.


Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me ha enviado a vosotros.


Y Tomás respondió, y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!


Y vino a Él el tentador, y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.


Después llegó a Derbe y a Listra; y he aquí, estaba allí un cierto discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer judía creyente, pero su padre era griego.


Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y nuestro hermano Timoteo, a la iglesia de Dios que está en Corinto, con todos los santos que están por toda Acaya:


Pablo, y Silvano, y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses que es en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.


Pablo, y Silvano, y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios nuestro Padre y en el Señor Jesucristo:


Y sin contradicción, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria.


Os he escrito por conducto de Silvano, a quien considero un hermano fiel a vosotros, exhortándoos, y testificando que esta es la verdadera gracia de Dios, en la cual estáis.


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