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1 Tesalonicenses 4:13 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

13 Mas no quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.

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Biblia Reina Valera 1960

13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Y ahora, amados hermanos, queremos que sepan lo que sucederá con los creyentes que han muerto, para que no se entristezcan como los que no tienen esperanza.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Hermanos, deseo que estén bien enterados acerca de los que ya descansan. No deben afligirse como hacen los demás que no tienen esperanza.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los demás que no tienen esperanza.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 No queremos, hermanos, que ignoréis la suerte de los que ya murieron, para que no estéis tristes como están los demás, que no tienen esperanza.

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1 Tesalonicenses 4:13
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Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.


quien murió por nosotros, para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con Él.


Por lo cual, os decimos esto por palabra del Señor; que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.


que en aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y extranjeros a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.


y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su venida? Porque desde que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como estaban desde el principio de la creación.


Y después, fue visto por más de quinientos hermanos a la vez; de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen.


Y arrodillándose, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.


Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo talados.


Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos aconteció en Asia; que en sobremanera fuimos cargados sobre nuestras fuerzas, de tal manera que aun perdimos la esperanza de seguir con vida.


Mas no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron a través del mar;


Mas no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he propuesto ir a vosotros (pero hasta ahora he sido estorbado) para tener algún fruto también entre vosotros, así como entre los otros gentiles.


Porque a la verdad David, habiendo servido a su propia generación por la voluntad de Dios, durmió, y fue reunido con sus padres, y vio corrupción.


Le dijo Marta: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.


Mas, amados, no ignoréis esto: Que un día delante del Señor es como mil años, y mil años como un día.


Y unos varones piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran lamentación por él.


Por su maldad será lanzado el impío; mas el justo en su muerte tiene esperanza.


Y David durmió con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de David.


De otra manera acontecerá que cuando mi señor el rey durmiere con sus padres, que yo y mi hijo Salomón seremos tenidos por culpables.


Y no haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros tatuaje alguno: Yo soy Jehová.


Y los sepulcros fueron abiertos, y muchos cuerpos de los santos que habían dormido, se levantaron;


Y en cuanto a los dones espirituales, no quiero hermanos, que ignoréis.


Y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; bendito sea el nombre de Jehová.


Entonces el rey se estremeció, y subió a la sala de la puerta, y lloró; y yendo, decía así: ¡Hijo mío Absalón, hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Quién me diera que muriera yo en lugar de ti, Absalón, hijo mío, hijo mío!


Y se levantaron todos sus hijos y todas sus hijas para consolarlo; pero él no quiso recibir consuelo, y dijo: Porque yo descenderé enlutado a mi hijo hasta la sepultura. Y lo lloró su padre.


entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo; en las concupiscencias de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.


Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Él a los que durmieron en Jesús.


Por tanto, no durmamos como los demás; antes velemos y seamos sobrios.


Mas por su pariente cercano, por su madre, o por su padre, o por su hijo, o por su hija, o por su hermano,


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