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1 Tesalonicenses 2:5 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Porque nunca usamos de palabras lisonjeras, como sabéis; ni encubrimos avaricia; Dios es testigo;

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Biblia Reina Valera 1960

5 Porque nunca usamos de palabras lisonjeras, como sabéis, ni encubrimos avaricia; Dios es testigo;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Como bien saben, ni una sola vez tratamos de ganarlos adulándolos. ¡Y Dios es nuestro testigo de que nunca aparentamos ser amigos de ustedes con el fin de sacarles dinero!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Nunca los halagamos con palabras bonitas, como ustedes saben; ni tampoco buscamos dinero, y esto lo sabe Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Porque sabéis que nunca fuimos° con palabra de adulación, ni encubrimos avaricia, Dios es testigo;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Nunca recurrimos, como bien sabéis, a la adulación ni movidos por oculta codicia. Dios es testigo de ello.

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1 Tesalonicenses 2:5
34 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¿Acaso os he engañado por alguno de los que os he enviado?


Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, que sin cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones,


No he codiciado plata, u oro, o vestidura de nadie.


Y en esto que os escribo, he aquí delante de Dios que no miento.


y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas, sobre los cuales la condenación ya de largo tiempo no se tarda, y su perdición no se duerme.


Apacentad el rebaño de Dios que está entre vosotros, cuidando de él, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino de ánimo pronto;


Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no arrogante, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas;


Vosotros sois testigos, y también Dios, de cuán santa y justa e irreprensiblemente nos condujimos con vosotros que creísteis;


Admitidnos; a nadie hemos dañado, a nadie hemos corrompido, a nadie hemos defraudado.


Porque hablando palabras arrogantes de vanidad, seducen con las concupiscencias de la carne mediante lascivias a los que verdaderamente habían escapado de los que viven en error;


Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no amadores de ganancias deshonestas;


no dado al vino, no rencilloso, no codicioso de ganancias deshonestas, sino moderado, apacible, ajeno de avaricia;


antes bien hemos renunciado a lo oculto y deshonesto, no andando con astucia, ni usando la palabra de Dios con engaño; sino que por la manifestación de la verdad, nos recomendamos a la conciencia de todo hombre delante de Dios.


Porque no somos como muchos que adulteran la palabra de Dios; antes con sinceridad, como de parte de Dios, delante de Dios hablamos en Cristo.


Porque los tales, no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres; y con palabras suaves y lisonjas engañan los corazones de los simples.


Digo la verdad en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo.


Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino del cielo delante de los hombres; porque ni entráis, ni a los que están entrando dejáis entrar.


Y le enviaron los discípulos de ellos, con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres veraz, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de ningún hombre, porque no miras la apariencia del hombre.


¿Quién también hay de vosotros que cierre las puertas o alumbre mi altar de balde? Yo no recibo contentamiento en vosotros, dice Jehová de los ejércitos, ni de vuestra mano aceptaré ofrenda.


Así dice Jehová acerca de los profetas que hacen errar a mi pueblo, que muerden con sus dientes, y claman: Paz, y contra el que no les da de comer, declaran guerra.


Por tanto, daré sus esposas a otros, y sus campos a los que los posean; porque todos, desde el más pequeño hasta el más grande, son dados a la avaricia, desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el engaño.


Porque desde el menor de ellos hasta el mayor de ellos, todos son dados a la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores.


Sí, ellos son perros comilones e insaciables; y son pastores que no pueden entender: todos ellos miran por sus propios caminos, cada uno busca su propio provecho, cada uno por su lado.


Que dicen a los videntes: No veáis; y a los profetas: No nos profeticéis lo recto, decidnos cosas agradables, profetizad mentiras;


El que reprende al hombre, hallará después mayor gracia que el que lisonjea con la lengua.


El que anda en chismes descubre el secreto; no te entremetas, pues, con el que lisonjea con sus labios.


El que habla lisonjas a sus amigos, aun los ojos de sus hijos desfallecerán.


¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y por recompensa, se lanzaron en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré.


La lengua mentirosa aborrece a los afligidos; y la boca lisonjera acarrea ruina.


Mas he aquí que en el cielo está mi testigo, y mi testimonio en las alturas.


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