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1 Samuel 25:41 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

41 Y ella se levantó, e inclinó su rostro a tierra, diciendo: He aquí tu sierva, para que sea sierva que lave los pies de los siervos de mi señor.

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Biblia Reina Valera 1960

41 Y ella se levantó e inclinó su rostro a tierra, diciendo: He aquí tu sierva, que será una sierva para lavar los pies de los siervos de mi señor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

41 Entonces ella se inclinó al suelo y respondió: —Yo, su sierva, estaría encantada de casarme con David. ¡Aun estaría dispuesta a ser una esclava y lavar los pies de sus siervos!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

41 Ella se levantó, se postró en tierra y dijo: 'Tu sirvienta será para ti como una esclava, para lavar los pies de los sirvientes de mi señor'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

41 Y ella se levantó y se postró rostro en tierra, y dijo: He aquí tu sierva, para ser sierva que lave los pies de los siervos de mi señor.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

41 Ella se levantó, se postró rostro en tierra y dijo: 'Tu sierva es como una esclava para lavar los pies de los servidores de mi señor'.

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1 Samuel 25:41
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Que tenga testimonio de buenas obras; si crió hijos; si ha ejercitado la hospitalidad; si ha lavado los pies de los santos; si ha socorrido a los afligidos; si ha seguido toda buena obra.


Ella entonces bajando su rostro se inclinó a tierra, y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia en tus ojos para que tú me reconozcas, siendo yo extranjera?


Antes de la destrucción se enaltece el corazón del hombre, y antes de la honra está la humildad.


El temor de Jehová es la instrucción de sabiduría; y antes de la honra está la humildad.


Que se traiga ahora un poco de agua, y lavad vuestros pies; y recostaos debajo de un árbol,


Y ella dijo: Señor mío, halle yo gracia delante de tus ojos; porque me has consolado, y porque has hablado al corazón de tu sierva, no siendo yo como una de tus criadas.


Y predicaba, diciendo: Viene tras mí uno que es más poderoso que yo, a quien no soy digno de desatar encorvado la correa de su calzado.


Y cuando Abigail vio a David, se bajó del asno apresuradamente, y postrándose sobre su rostro delante de David, se inclinó a tierra.


Y los siervos de David vinieron a Abigail al Carmelo, y hablaron con ella, diciendo: David nos ha enviado a ti, para tomarte por su esposa.


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