Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





1 Reyes 22:34 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

34 Y un hombre disparando su arco a la ventura, hirió al rey de Israel por entre las junturas de la armadura; por lo que dijo él a su carretero: Da la vuelta y sácame del campo, pues estoy herido.

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

34 Y un hombre disparó su arco a la ventura e hirió al rey de Israel por entre las junturas de la armadura, por lo que dijo él a su cochero: Da la vuelta, y sácame del campo, pues estoy herido.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Nueva Traducción Viviente

34 Sin embargo, un soldado arameo disparó una flecha al azar hacia las tropas israelitas e hirió al rey de Israel entre las uniones de su armadura. «¡Da la vuelta y sácame de aquí! —dijo Acab entre quejas y gemidos al conductor de su carro—. ¡Estoy gravemente herido!».

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Católica (Latinoamericana)

34 En ese preciso instante, un soldado disparó con su arco sin saber a quién e hirió al rey de Israel entre las correas y la coraza. El rey dijo al conductor de su carro: 'Da media vuelta y sácame de la pelea, porque estoy herido'.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

34 Y un hombre tiró con su arco a la ventura, e hirió al rey de Israel por entre las junturas de la armadura, por lo que dijo a su auriga: ¡Da vuelta y sácame del campamento, porque estoy herido!

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Serafín de Ausejo 1975

34 Un hombre disparó al azar su arco e hirió al rey de Israel por entre las junturas de la coraza. El rey dijo entonces a su auriga: 'Da la vuelta y sácame del campo de batalla, porque estoy herido'.

សូមមើលជំពូក ចម្លង




1 Reyes 22:34
11 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y los arqueros tiraron contra el rey Josías; y el rey dijo a sus siervos: Quitadme de aquí, porque estoy gravemente herido.


Por eso yo también te haré enfermar, hiriéndote, asolándote por tus pecados.


y tenían corazas como corazas de hierro; y el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla.


Y metiendo David su mano en el saco, tomó de allí una piedra, y se la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra le quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra.


Y el rey de Siria había mandado a los capitanes de los carros que tenía consigo, diciendo: No peleéis contra chico ni contra grande, sino sólo contra el rey de Israel.


Mas Jehú entesó su arco con toda su fuerza, e hirió a Joram entre las espaldas, y la saeta salió por su corazón, y cayó en su carro.


Y fueron con Absalón doscientos hombres de Jerusalén por él invitados, los cuales iban inocentemente, sin saber nada.


Entonces él dijo: Yo vi a todo Israel esparcido por los montes, como ovejas que no tienen pastor; y Jehová dijo: Estos no tienen señor; vuélvase cada uno a su casa en paz.


Y aconteció que cuando los capitanes de los carros vieron que no era el rey de Israel, dejaron de perseguirlo.


Mas la batalla había arreciado aquel día, y el rey estuvo en su carro delante de los sirios, y a la tarde murió; y la sangre de la herida corrió hasta el fondo del carro.


¿Quién será aquel que diga, que vino algo que el Señor no mandó?


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម