1 Reyes 22:27 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

²⁷ y dirás: Así ha dicho el rey: Echad a este en la cárcel, y mantenedle con pan de angustia y con agua de aflicción, hasta que yo vuelva en paz.

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Biblia Reina Valera 1960

²⁷ y dirás: Así ha dicho el rey: Echad a este en la cárcel, y mantenedle con pan de angustia y con agua de aflicción, hasta que yo vuelva en paz.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²⁷ Denles la siguiente orden de parte del rey: “¡Metan a este hombre en la cárcel y no le den más que pan y agua hasta que yo regrese sano y salvo de la batalla!”».

Biblia Católica (Latinoamericana)

²⁷ Díganles: Esta es la orden del rey: Encarcelen a este hombre, no le den más que una pequeña porción de pan y de agua hasta que yo regrese victorioso'.

La Biblia Textual 3a Edicion

²⁷ y dirás: Así ha dicho el rey: Meted a éste en la cárcel, y dadle pan y agua de aflicción hasta que yo vuelva en paz.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²⁷ y diles: 'Así ha ordenado el rey: meted a éste en la cárcel y tenedlo a pan y agua, con escasa ración, hasta que yo vuelva en paz''.

1 Reyes 22:27 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា

2 Crónicas 16:10

Y enojado Asa contra el vidente, lo echó en la casa de la cárcel, porque se encolerizó en extremo a causa de esto. Y oprimió Asa en aquel tiempo a algunos del pueblo.

Apocalipsis 2:10

No tengas ningún temor de las cosas que has de padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros a la cárcel, para que seáis probados; y tendréis tribulación de diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.

Efesios 3:1

Por esta causa yo Pablo, prisionero de Jesucristo por vosotros los gentiles,

Hechos 26:10

lo cual también hice en Jerusalén, y yo encerré en cárceles a muchos de los santos, habiendo recibido autoridad de los príncipes de los sacerdotes; y cuando los mataron, yo di mi voto.

Hechos 5:18

y echaron mano a los apóstoles y los pusieron en la cárcel pública.

Lucas 3:20

sobre todas ellas, añadió además esta; que encerró a Juan en la cárcel.

Jeremías 38:6

Entonces ellos tomaron a Jeremías, y lo echaron en la mazmorra de Malquías, hijo de Amelec, que estaba en el patio de la cárcel; y metieron a Jeremías con sogas. Y en la mazmorra no había agua, sino cieno; y se hundió Jeremías en el cieno.

Jeremías 37:15

Y los príncipes se enojaron contra Jeremías, y lo azotaron, y lo pusieron en prisión en la casa de Jonatán, el escriba, porque a esta la habían convertido en cárcel.

Jeremías 29:26

Jehová te ha puesto por sacerdote en lugar del sacerdote Joiada, para que te encargues en la casa de Jehová de todo hombre loco que se dice ser profeta, poniéndolo en el calabozo y en el cepo.

Jeremías 20:2

Pasur azotó entonces al profeta Jeremías, y lo puso en el cepo que estaba a la puerta superior de Benjamín, la cual conducía a la casa de Jehová.

Isaías 30:20

Y aunque el Señor os dé pan de adversidad y agua de aflicción, con todo, tus enseñadores nunca más te serán quitados, sino que tus ojos verán tus enseñadores.

Salmos 127:2

Por demás es que se levanten de madrugada, y vayan tarde a reposar, y que coman pan de dolores; pues que a su amado dará Dios el sueño.

Salmos 102:9

Por lo cual he comido ceniza a manera de pan, y mi bebida mezclo con lágrimas,

Salmos 80:5

Les diste a comer pan de lágrimas, y les diste a beber lágrimas en gran abundancia.

Deuteronomio 16:3

No comerás con ella pan con levadura; siete días comerás con ella pan sin levadura, pan de aflicción, porque aprisa saliste de tierra de Egipto: para que te acuerdes del día en que saliste de la tierra de Egipto todos los días de tu vida.

Hebreos 11:36

Otros experimentaron vituperios y azotes; y a más de esto cadenas y cárceles.

1 Reyes 22:26

Entonces el rey de Israel dijo: Toma a Micaías y vuélvelo a Amón, gobernador de la ciudad, y a Joás, hijo del rey;

Jeremías 36:23

Y aconteció que cuando Jehudí hubo leído tres o cuatro planas, lo rasgó el rey con un cuchillo de escribanía, y lo echó en el fuego que había en el brasero, hasta que todo el rollo se consumió en el fuego que había en el brasero.

1 Reyes 13:4

Y sucedió que cuando el rey Jeroboam oyó la palabra del varón de Dios, que había clamado contra el altar de Betel, extendiendo su mano desde el altar, dijo: ¡Agárrenlo! Mas la mano que había extendido contra él, se le secó, de manera que no pudo volverla hacia sí.