1 Reyes 20:40 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

⁴⁰ Y como tu siervo estaba ocupado a una parte y a otra, él desapareció. Entonces el rey de Israel le dijo: Ésa será tu sentencia; tú la has pronunciado.

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Biblia Reina Valera 1960

⁴⁰ Y mientras tu siervo estaba ocupado en una y en otra cosa, el hombre desapareció. Entonces el rey de Israel le dijo: Esa será tu sentencia; tú la has pronunciado.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁴⁰ pero mientras yo estaba ocupado en otras cosas, ¡el prisionero desapareció! —Bueno, fue tu culpa —respondió el rey—. Tú mismo has firmado tu propia sentencia.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁴⁰ Pues bien, mientras estaba ocupado en una y otra cosa, el prisionero desapareció'. El rey de Israel le respondió: '¡Tú mismo has pronunciado tu sentencia!'

La Biblia Textual 3a Edicion

⁴⁰ Y sucedió que mientras tu siervo estaba ocupado en una y otra cosa, él desapareció. Entonces el rey de Israel le respondió: ¡Esa es tu sentencia! ¡Tú mismo la has pronunciado!

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁴⁰ Y mientras tu siervo andaba de un sitio para otro, él desapareció'. Le dijo el rey de Israel: 'Ésa es tu sentencia: tú mismo la has pronunciado'.

1 Reyes 20:40 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា

Lucas 19:22

Entonces él le dijo: Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo era hombre severo, que tomo lo que no puse, y que siego lo que no sembré;

Job 15:6

Tu boca te condenará, y no yo; y tus labios testificarán contra ti.

2 Samuel 14:13

Entonces la mujer dijo: ¿Por qué, pues, has pensado tú cosa semejante contra el pueblo de Dios? Porque al hablar el rey esta palabra se hace culpable él mismo, ya que el rey no hace volver a su fugitivo.

1 Reyes 20:39

Y como el rey pasaba, él dio voces al rey, y dijo: Tu siervo salió entre la tropa; y he aquí apartándose uno, me trajo a un hombre, diciendo: Guarda a este hombre, y si por alguna razón él llegare a faltar, tu vida será por su vida, o pagarás un talento de plata.

1 Reyes 20:41

Pero él se quitó pronto la ceniza de sobre su rostro, y el rey de Israel conoció que era de los profetas.

Jeremías 48:10

Maldito el que hiciere engañosamente la obra de Jehová, y maldito el que detuviere su espada de la sangre.

2 Samuel 12:1

Y Jehová envió a Natán a David, el cual viniendo a él, le dijo: Había dos hombres en una ciudad, el uno rico, y el otro pobre.