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1 Reyes 20:13 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

13 Y he aquí un profeta se acercó a Acab, rey de Israel; y le dijo: Así dice Jehová: ¿Has visto toda esta gran multitud? He aquí yo la entregaré hoy en tu mano, para que sepas que yo soy Jehová.

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Biblia Reina Valera 1960

13 Y he aquí un profeta vino a Acab rey de Israel, y le dijo: Así ha dicho Jehová: ¿Has visto esta gran multitud? He aquí yo te la entregaré hoy en tu mano, para que conozcas que yo soy Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Entonces un profeta fue a ver a Acab, rey de Israel, y le dijo: —Esto dice el Señor: “¿Ves todas esas fuerzas enemigas? Hoy las entregaré en tus manos. Así sabrás que yo soy el Señor”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 En ese momento se acercó al rey de Israel un profeta quien le dijo: 'Escucha esta palabra de Yavé: ¿Ves ese gran ejército? Hoy lo entregaré en tus manos y sabrás así que yo soy Yavé'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Y he aquí, un profeta se acercó a Acab, rey de Israel, y le dijo: Así dice YHVH: ¿Ves todo ese inmenso ejército? He aquí, Yo lo entrego hoy en tu mano, para que reconozcas que Yo soy YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Pero he aquí que un profeta se acercó a Ajab, rey de Israel, y le dijo: 'Así habla Yahveh: ¿ves toda esa gran muchedumbre? Pues mira: hoy te la entrego en tus manos, y así sabrás que yo soy Yahveh'.

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1 Reyes 20:13
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Acercándose entonces el varón de Dios al rey de Israel, le habló diciendo: Así dice Jehová: Por cuanto los sirios han dicho, Jehová es Dios de las montañas, y no Dios de los valles, yo entregaré toda esta gran multitud en tu mano, y sabrás que yo soy Jehová.


Mas retraje mi mano, y actué por causa de mi nombre, para que no se infamase a la vista de las naciones, delante de cuyos ojos los saqué.


Y conoceréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que habito en Sión, mi santo monte; entonces Jerusalén será santa, y extranjeros no pasarán más por ella.


Pero actué por causa de mi nombre, para que este no se infamase a vista de las naciones, delante de cuyos ojos los saqué.


Ahora pues, oh Jehová Dios nuestro, líbranos de su mano, para que todos los reinos de la tierra sepan que sólo tú eres Jehová.


Dijo entonces Eliseo: Oíd palabra de Jehová: Así dice Jehová: Mañana a estas horas valdrá una medida de flor de harina un siclo, y dos medidas de cebada un siclo, a la puerta de Samaria.


Yo he oído las murmuraciones de los hijos de Israel; háblales, diciendo: Entre las dos tardes comeréis carne, y por la mañana os saciaréis de pan, y sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios.


Y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, cuando me glorifique en Faraón, en sus carros y en su caballería.


Y los muertos caerán en medio de vosotros; y sabréis que yo soy Jehová.


Para que los hombres sepan que solo tú, cuyo nombre es Jehová; eres el Altísimo sobre toda la tierra.


Mas Jehová tuvo misericordia de ellos, y tuvo compasión de ellos, y los miró, por amor a su pacto con Abraham, Isaac y Jacob; y no quiso destruirlos ni echarlos de delante de sí hasta ahora.


Y se acercó Joab, y el pueblo que con él estaba, para pelear con los sirios; mas ellos huyeron delante de él.


Y respondió Acab: ¿Por mano de quién? Y él dijo: Así dice Jehová: Por mano de los jóvenes de los príncipes de las provincias. Y dijo Acab: ¿Quién comenzará la batalla? Y él respondió: Tú.


Vino luego el profeta al rey de Israel y le dijo: Ve, fortalécete, y considera y mira lo que has de hacer; porque pasado el año, el rey de Siria vendrá contra ti.


Y Jehová dijo a Josué: No tengas temor de ellos: porque yo los he entregado en tu mano, y ninguno de ellos parará delante de ti.


Y cundo todo el pueblo lo vio, cayeron sobre sus rostros, y dijeron: ¡Jehová es el Dios! ¡Jehová es el Dios!


Y esto es cosa ligera en los ojos de Jehová; dará también a los moabitas en vuestras manos.


y dijo: Oíd, todo Judá, y vosotros moradores de Jerusalén y tú, rey Josafat. Así os dice Jehová: No temáis ni os amedrentéis delante de esta tan grande multitud; porque la batalla no es vuestra, sino de Dios.


No habrá para qué peleéis vosotros en este caso; paraos, estaos quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová será con vosotros.


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