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1 Pedro 4:11 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 Si alguno habla, hable conforme a la palabra de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da; para que en todo Dios sea glorificado por Jesucristo, al cual sea gloria e imperio para siempre jamás. Amén.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 ¿Has recibido el don de hablar en público? Entonces, habla como si Dios mismo estuviera hablando por medio de ti. ¿Has recibido el don de ayudar a otros? Ayúdalos con toda la fuerza y la energía que Dios te da. Así, cada cosa que hagan traerá gloria a Dios por medio de Jesucristo. ¡A él sea toda la gloria y todo el poder por siempre y para siempre! Amén.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Si alguno habla, que sean palabras de Dios; si cumple algún ministerio, hágalo con el poder de Dios, para que Dios sea glorificado en todo por Cristo Jesús. A él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Si alguno habla, hágalo conforme a oráculos de Dios; si alguno ministra, ministre conforme a la virtud del poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por medio de Jesús el Mesías, a quien pertenecen la gloria y el poder por los siglos de los siglos, amén.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 El que predica, hágalo como quien profiere palabras de Dios; el que ejerce un ministerio, como quien tiene poder otorgado por Dios. Y así, en todas las cosas será Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenece la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.

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1 Pedro 4:11
47 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Si pues coméis, o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.


Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fortaleza.


Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.


Este es aquél que estuvo en la iglesia en el desierto con el Ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres; y recibió los oráculos de vida para dárnoslos:


Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca; sino la que sea buena y sirva para edificación, para que dé gracia a los oyentes.


Mucho, en todas maneras. Primero, porque ciertamente a ellos les ha sido confiada la palabra de Dios.


Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea presto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira;


Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.


Ahora bien, hay diversidad de dones; pero el mismo Espíritu es.


Vosotros también, como piedras vivas, sois edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por Jesucristo.


al único sabio Dios Salvador nuestro, sea gloria y majestad, dominio y potestad, ahora y siempre. Amén.


Porque debiendo ser ya maestros, por causa del tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido.


el único que tiene inmortalidad, y habita en luz inaccesible; a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A Él sea honra y poder para siempre. Amén.


Por tanto, al Rey eterno, inmortal, invisible, al único sabio Dios, sea honor y gloria por siempre jamás. Amén.


Conforme a la gracia de Dios que me es dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica.


Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por siempre. Amén.


Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que no pasará, y su reino uno que no será destruido.


¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no hay luz en ellos.


Tu reino es reino eterno, y tu señorío permanece por todas las generaciones.


A Él sea gloria e imperio para siempre. Amén.


Si alguno parece ser religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana.


y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para la gloria de Dios Padre.


Dando gracias siempre por todas las cosas a Dios y al Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.


Porque comprados sois por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.


Porque de Él, y por Él, y para Él, son todas las cosas. A Él sea la gloria por siempre. Amén.


Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi sentido me fue vuelto; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre; porque su señorío es eterno, y su reino por todas las edades.


¡Cuán grandes son sus señales, y cuán poderosas sus maravillas! Su reino es un reino eterno, y su señorío es de generación en generación.


Pero si ellos hubieran estado en mi consejo, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo; y lo habrían hecho volver de su mal camino y de la maldad de sus obras.


llenos de frutos de justicia, que son por Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.


Pues por la experiencia de esta suministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por vuestra liberal contribución para ellos y para todos;


Al solo Dios sabio, sea gloria por Jesucristo para siempre. Amén.


Entonces, cuando él hubo salido, Jesús dijo: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en Él.


Digo, pues, por la gracia que me ha sido dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí, que el que debe tener, sino que piense de sí con mesura, conforme a la medida de la fe que Dios repartió a cada uno.


Porque no somos como muchos que adulteran la palabra de Dios; antes con sinceridad, como de parte de Dios, delante de Dios hablamos en Cristo.


y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fortaleza,


sino según fuimos aprobados por Dios para que se nos encargase el evangelio, así hablamos; no como los que agradan a los hombres, sino a Dios, el cual prueba nuestros corazones.


Pero tú habla lo que armoniza con la sana doctrina.


Estas cosas habla y exhorta, y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie.


Acordaos de vuestros pastores que os hablaron la palabra de Dios, y seguid el ejemplo de su fe, considerando cuál haya sido el éxito de su conducta.


manteniendo vuestra honesta manera de vivir entre los gentiles; para que, en lo que ellos murmuran de vosotros como de malhechores, al ver vuestras buenas obras, glorifiquen a Dios en el día de la visitación.


Pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence; antes glorifique a Dios por ello.


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