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1 Pedro 1:22 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

22 Habiendo purificado vuestras almas en la obediencia de la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro;

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Biblia Reina Valera 1960

22 Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 Al obedecer la verdad, ustedes quedaron limpios de sus pecados, por eso ahora tienen que amarse unos a otros como hermanos, con amor sincero. Ámense profundamente de todo corazón.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Al aceptar la verdad, han logrado la purificación interior, de la que procede el amor sincero a los hermanos; ámense, pues, unos a otros de todo corazón,

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad° para un amor fraternal sincero, amaos intensamente de corazón los unos a los otros,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Una vez ya purificados con la sumisión a la verdad ordenada a un sincero amor fraterno, amaos de corazón y con sinceridad unos a otros.

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1 Pedro 1:22
51 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pues el fin del mandamiento es la caridad de corazón puro, y de buena conciencia, y de fe no fingida,


A Dios nadie le vio jamás. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se perfecciona en nosotros.


Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo el que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.


Finalmente, sed todos de una misma mente, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables;


Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad vuestras manos; y vosotros de doble ánimo, purificad vuestros corazones.


Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado.


Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo sobremanera, y la caridad de cada uno de vosotros, abunda más y más de unos para con otros;


Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros;


Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso; porque el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?


Honrad a todos. Amad la hermandad. Temed a Dios. Honrad al rey.


y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones.


Porque, este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros.


y a la piedad, amor fraternal, y al amor fraternal, caridad.


Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más y más en conocimiento y en todo discernimiento;


solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.


Mas nosotros por el Espíritu aguardamos la esperanza de la justicia por fe.


Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.


Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?


Y sobre todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados.


Por fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir por herencia; y salió sin saber a dónde iba.


¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?


Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado a su nombre, habiendo ministrado a los santos y ministrándoles aún.


en pureza, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor no fingido;


Esto os mando: Que os améis unos a otros.


Asimismo vosotras, esposas, sujetaos a vuestros propios maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas,


y habiendo sido hecho perfecto, vino a ser autor de eterna salvación a todos los que le obedecen;


Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros.


a las ancianas, como a madres; a las jovencitas, como a hermanas, con toda pureza.


Ninguno tenga en poco tu juventud; sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, en conversación, en caridad, en espíritu, en fe, en pureza.


Como te rogué que te quedases en Éfeso, cuando partí para Macedonia, para que exhortases a algunos que no enseñen diferente doctrina,


Mas nosotros debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos amados del Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, por la santificación del Espíritu y la fe en la verdad,


¡Oh gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad, ante cuyos ojos Jesucristo fue ya descrito entre vosotros como crucificado?


Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para que no obedezcáis a la verdad?


Porque si vivís conforme a la carne, moriréis, mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.


Pero indignación e ira, a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, antes obedecen a la injusticia.


por quien recibimos la gracia y el apostolado, para obediencia de la fe en todas las naciones, por su nombre;


Santifícalos en tu verdad: Tu palabra es verdad.


Ya vosotros sois limpios por la palabra que os he hablado.


Y crecía la palabra de Dios, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; y una gran multitud de los sacerdotes obedecía a la fe.


Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.


Por lo cual, dejad toda inmundicia y superfluidad de malicia, y recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.


elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.


los cuales en tiempo pasado fueron desobedientes, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca; en la cual pocas, es decir, ocho almas fueron salvadas por agua.


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