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1 Crónicas 12:17 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 Y David salió a su encuentro, y les habló diciendo: Si venís a mí pacíficamente para ayudarme, mi corazón se unirá con vosotros; pero si venís para traicionarme en pro de mis enemigos, no habiendo maldad en mis manos, que el Dios de nuestros padres lo vea y lo demande.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Y David salió a ellos, y les habló diciendo: Si habéis venido a mí para paz y para ayudarme, mi corazón será unido con vosotros; mas si es para entregarme a mis enemigos, sin haber iniquidad en mis manos, véalo el Dios de nuestros padres, y lo demande.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 David salió a su encuentro y dijo: «Si vienen en son de paz para ayudarme, somos amigos; pero si vienen a traicionarme y a entregarme a mis enemigos a pesar de que soy inocente, entonces que el Dios de nuestros antepasados lo vea y los castigue».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 algunos de los hijos de Benjamín y Judá.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 y saliendo David a su encuentro, les habló diciendo: Si venís a mí en paz para ayudarme, mi corazón se unirá a vosotros; pero si es para entregarme a mis enemigos, sin haber iniquidad en mis manos, ¡que el Dios de nuestros padres lo vea y os lo demande!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 También de los de Benjamín y de Judá se pasaron a la fortaleza, a David.

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1 Crónicas 12:17
24 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando acerca del cuerpo de Moisés, no se atrevió a usar juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda.


Quien cuando le maldecían no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino que se encomendaba a Aquél que juzga justamente:


Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo; para que, ya sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, unánimes combatiendo juntos por la fe del evangelio;


Finalmente, hermanos, gozaos, sed perfectos, tened consolación, sed de una misma mente, tened paz; y el Dios de amor y paz será con vosotros.


Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos habléis una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que seáis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.


Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común.


Y Jehová dijo a Satanás: Jehová te reprenda, oh Satanás; Jehová que ha escogido a Jerusalén te reprenda; ¿No es este un tizón arrebatado del fuego?


Y les daré un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para bien de ellos, y de sus hijos después de ellos.


Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad: Consolida mi corazón para que tema tu nombre.


Levántate, oh Jehová, en tu ira; levántate a causa de la furia de mis enemigos, y despierta en favor mío el juicio que mandaste.


Yéndose luego de allí se encontró con Jonadab, hijo de Recab; que venía a su encuentro, y después de saludarle, le dijo: ¿Es recto tu corazón, como el mío es recto con el tuyo? Y Jonadab dijo: Lo es. Pues que lo es, dame la mano. Y él le dio su mano. Luego lo hizo subir consigo en el carro.


Y sucedió que cuando Joram vio a Jehú, dijo: ¿Hay paz, Jehú? Y él respondió: ¿Qué paz, mientras sean tantas las prostituciones de tu madre Jezabel y sus hechicerías?


Entonces Adonías, hijo de Haguit, vino a Betsabé, madre de Salomón; y ella dijo: ¿Es tu venida de paz? Y él respondió: Sí, de paz.


E hicieron alianza Jonatán y David, porque él le amaba como a su propia alma.


Y así que él hubo acabado de hablar con Saúl, el alma de Jonatán quedó ligada con la de David, y lo amó Jonatán como a su propia alma.


Hizo, pues, Samuel como le dijo Jehová: y luego que él llegó a Belén, los ancianos de la ciudad salieron a recibirle con miedo, y dijeron: ¿Es pacífica tu venida?


El Dios de Abraham, y el Dios de Nacor juzgue entre nosotros, el Dios de sus padres. Y Jacob juró por el temor de Isaac su padre.


Si el Dios de mi padre, el Dios de Abraham, y el temor de Isaac, no fuera conmigo, de cierto me enviarías ahora vacío; pero Dios vio mi aflicción y el trabajo de mis manos, y te reprendió anoche.


También algunos de los hijos de Benjamín y de Judá vinieron a David a la fortaleza.


Entonces el Espíritu vino sobre Amasai, el cual era jefe de los capitanes, y dijo: Por ti, oh David, y contigo, oh hijo de Isaí. Paz, paz contigo, y paz con tus ayudadores; pues que también tu Dios te ayuda. Entonces David los recibió, y los hizo capitanes de la cuadrilla.


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