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1 Corintios 4:5 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual también traerá a luz lo encubierto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno tendrá de Dios la alabanza.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Así que no juzguen a nadie antes de tiempo, es decir, antes de que el Señor vuelva. Pues él sacará a la luz nuestros secretos más oscuros y revelará nuestras intenciones más íntimas. Entonces Dios le dará a cada uno el reconocimiento que le corresponda.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Por lo tanto, no juzguen antes de tiempo; esperen que venga el Señor. El sacará a la luz lo que ocultaban las tinieblas y pondrá en evidencia las intenciones secretas. Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que se merece.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual sí sacará a luz lo oculto de las tinieblas y pondrá de manifiesto las intenciones de los corazones: entonces la alabanza le vendrá a cada uno de parte de Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Así, pues, no juzguéis antes de tiempo, hasta que venga el Señor. Él iluminará lo que las tinieblas ocultan y pondrá al descubierto los designios del corazón. Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que merece.

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1 Corintios 4:5
48 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia, hasta que reciba la lluvia temprana y tardía.


Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, ya sea bueno o sea malo.


la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará; porque por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.


Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de Aquél a quien tenemos que dar cuenta.


Porque no el que se alaba a sí mismo, es aprobado; sino el que el Señor alaba.


en el día en que Dios juzgará por Jesucristo, los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.


Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; porque en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo.


Y vi los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos; y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.


Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, ya sea buena o sea mala.


para que la prueba de vuestra fe, mucho más preciosa que el oro que perece, aunque sea probado con fuego, sea hallada en alabanza, y gloria, y honra, en la manifestación de Jesucristo,


sino que es judío el que lo es en el interior; y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; cuya alabanza no es de los hombres, sino de Dios.


antes bien hemos renunciado a lo oculto y deshonesto, no andando con astucia, ni usando la palabra de Dios con engaño; sino que por la manifestación de la verdad, nos recomendamos a la conciencia de todo hombre delante de Dios.


¿Tú quién eres, que juzgas al siervo ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, que poderoso es Dios para hacerle estar firme.


¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que sólo de Dios viene?


Hermanos, no habléis mal los unos de los otros. El que habla mal de su hermano, y juzga a su hermano, este tal habla mal de la ley, y juzga la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez.


No juzguéis, y no seréis juzgados: No condenéis, y no seréis condenados: Perdonad, y seréis perdonados.


Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.


He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron, y todos los linajes de la tierra harán lamentación a causa de Él. Así sea. Amén.


Y cuando apareciere el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.


Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá como ladrón en la noche,


Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Tú sígueme.


y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su venida? Porque desde que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como estaban desde el principio de la creación.


Su señor le dijo: Bien hecho, siervo bueno y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré, entra en el gozo de tu señor.


Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el impío, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.


De estos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, el Señor viene con decenas de millares de sus santos,


Esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, siendo encendidos, serán deshechos, y los elementos siendo quemados, se fundirán.


Pero cada uno en su debido orden: Cristo las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.


Porque todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que Él venga.


De manera que nada os falta en ningún don; esperando la venida de nuestro Señor Jesucristo;


A los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, vida eterna.


Y entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; entonces se lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo en las nubes del cielo, con poder y gran gloria.


Alégrate, joven, en tu adolescencia, y tome placer tu corazón en los días de tu juventud; y anda en los caminos de tu corazón, y en la vista de tus ojos; mas sabe, que sobre todas estas cosas te traerá Dios a juicio.


Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor.


Y su señor le dijo: Bien hecho, siervo bueno y fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.


Él descubre las profundidades de las tinieblas, y saca a luz la sombra de muerte.


Porque mis ojos están sobre todos sus caminos, los cuales no se me ocultaron, ni su maldad se esconde de mis ojos.


Yo he oído lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre, diciendo: Soñé, soñé.


Para los sacrificios de mis ofrendas sacrificaron carne, y se la comieron; pero no los aceptó Jehová; ahora se acordará de su iniquidad y visitará su pecado; ellos volverán a Egipto.


Así que, no les temáis; porque nada hay encubierto, que no haya de ser manifestado; ni oculto, que no haya de saberse.


Salió entonces este dicho entre los hermanos, que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no le dijo: No morirá; sino: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti?


Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.


Con todo, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios.


Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados; he aquí el Juez está a la puerta.


Según su sabiduría el hombre será alabado; pero el perverso de corazón será menospreciado.


para que no parezca como que os quiero amedrentar por cartas.


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