Salmos 116:8 - Biblia Reina Valera 1960

⁸ Pues tú has librado mi alma de la muerte, Mis ojos de lágrimas, Y mis pies de resbalar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

⁸ Me rescató de la muerte; quitó las lágrimas de mis ojos, y libró a mis pies de tropezar.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁸ Ha librado mi alma de la muerte, de lágrimas mis ojos y mis pies de dar un paso en falso.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁸ Tú has librado mi alma de la Muerte, Mis ojos de las lágrimas, Y mis pies de los tropiezos.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁸ Tú, cierto, me preservas de la muerte, mis ojos del llanto, mis pies de la caída.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

⁸ Pues tú has librado mi alma de la muerte, mis ojos de lágrimas, y mis pies de resbalar.

Salmos 116:8 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា

Salmos 56:13

Porque has librado mi alma de la muerte, Y mis pies de caída, Para que ande delante de Dios En la luz de los que viven.

Apocalipsis 21:4

Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.

Salmos 86:13

Porque tu misericordia es grande para conmigo, Y has librado mi alma de las profundidades del Seol.

Apocalipsis 7:17

porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.

Isaías 25:8

Destruirá a la muerte para siempre; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho.

Isaías 38:5

Ve y di a Ezequías: Jehová Dios de David tu padre dice así: He oído tu oración, y visto tus lágrimas; he aquí que yo añado a tus días quince años.

Salmos 94:18

Cuando yo decía: Mi pie resbala, Tu misericordia, oh Jehová, me sustentaba.

Salmos 49:15

Pero Dios redimirá mi vida del poder del Seol, Porque él me tomará consigo. Selah

Salmos 37:24

Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, Porque Jehová sostiene su mano.

Jueces 1:24

Y los que espiaban vieron a un hombre que salía de la ciudad, y le dijeron: Muéstranos ahora la entrada de la ciudad, y haremos contigo misericordia.