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Proverbios 7:1 - Biblia Reina Valera 1960

1 Hijo mío, guarda mis razones, Y atesora contigo mis mandamientos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Hijo mío, sigue mi consejo; atesora siempre mis mandatos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 ¡Hijo mío, guarda mis palabras, conserva como cosa preciosa mis consejos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Hijo mío, guarda mis dichos, Y atesora mis mandamientos dentro de ti.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Hijo mío, conserva mis palabras y guarda en tu interior mis preceptos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 Hijo mío, guarda mis palabras, y atesora contigo mis mandamientos.

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Proverbios 7:1
16 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre;


Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.


Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.


Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.


Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.


Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.


Hijo mío, no te olvides de mi ley, Y tu corazón guarde mis mandamientos;


Toma ahora la ley de su boca, Y pon sus palabras en tu corazón.


Mas la que cayó en buena tierra, estos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.


y la maldición, si no oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y os apartareis del camino que yo os ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que no habéis conocido.


Los sabios guardan la sabiduría; Mas la boca del necio es calamidad cercana.


No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón;


Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, Y no dejes la enseñanza de tu madre;


No aceptará ningún rescate, Ni querrá perdonar, aunque multipliques los dones.


Sus pies descienden a la muerte; Sus pasos conducen al Seol.


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