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Proverbios 27:9 - Biblia Reina Valera 1960

9 El ungüento y el perfume alegran el corazón, Y el cordial consejo del amigo, al hombre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 El perfume y el incienso alegran el corazón, y el dulce consejo de un amigo es mejor que la confianza propia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 El aceite y los perfumes alegran el corazón, la dulzura de la amistad reconforta el alma.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Los óleos y los perfumes alegran el corazón, Y el consejo del amigo endulza el alma.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 El perfume y el incienso alegran el corazón, la dulzura de la amistad alivia el alma.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

9 El ungüento y el perfume alegran el corazón: Y el amigo al hombre con el cordial consejo.

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Proverbios 27:9
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El sabio de corazón es llamado prudente, Y la dulzura de labios aumenta el saber.


Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.


El hombre se alegra con la respuesta de su boca; Y la palabra a su tiempo, ¡cuán buena es!


Y el vino que alegra el corazón del hombre, El aceite que hace brillar el rostro, Y el pan que sustenta la vida del hombre.


¡Cuán hermosos son tus amores, hermana, esposa mía! ¡Cuánto mejores que el vino tus amores, Y el olor de tus ungüentos que todas las especias aromáticas!


¿Quién es esta que sube del desierto como columna de humo, Sahumada de mirra y de incienso Y de todo polvo aromático?


Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume.


Es como el buen óleo sobre la cabeza, El cual desciende sobre la barba, La barba de Aarón, Y baja hasta el borde de sus vestiduras;


Mas el olivo respondió: ¿He de dejar mi aceite, con el cual en mí se honra a Dios y a los hombres, para ir a ser grande sobre los árboles?


de donde, oyendo de nosotros los hermanos, salieron a recibirnos hasta el Foro de Apio y las Tres Tabernas; y al verlos, Pablo dio gracias a Dios y cobró aliento.


A más del olor de tus suaves ungüentos, Tu nombre es como ungüento derramado; Por eso las doncellas te aman.


He perfumado mi cámara Con mirra, áloes y canela.


Que el justo me castigue, será un favor, Y que me reprenda será un excelente bálsamo Que no me herirá la cabeza; Pero mi oración será continuamente contra las maldades de aquellos.


Ven pues, ahora, y toma mi consejo, para que conserves tu vida, y la de tu hijo Salomón.


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