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Proverbios 13:4 - Biblia Reina Valera 1960

4 El alma del perezoso desea, y nada alcanza; Mas el alma de los diligentes será prosperada.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Los perezosos ambicionan mucho y obtienen poco, pero los que trabajan con esmero prosperarán.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Si uno se queda en el deseo, no pasa nada: son los activos los que engordan.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 El alma del perezoso desea, y nada alcanza, Pero el alma del diligente será gratificada.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 El perezoso ambiciona, pero su deseo es vano; el deseo de los diligentes se ve cumplido.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 El alma del perezoso desea, y nada alcanza; mas el alma de los diligentes será engordada.

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Proverbios 13:4
26 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

La mano de los diligentes señoreará; Mas la negligencia será tributaria.


El que labra su tierra se saciará de pan; Mas el que sigue a los vagabundos es falto de entendimiento.


La mano negligente empobrece; Mas la mano de los diligentes enriquece.


El alma generosa será prosperada; Y el que saciare, él también será saciado.


El altivo de ánimo suscita contiendas; Mas el que confía en Jehová prosperará.


Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza,


Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a este señaló Dios el Padre.


Bienaventurado el hombre que me escucha, Velando a mis puertas cada día, Aguardando a los postes de mis puertas.


Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.


Dice el perezoso: El león está en el camino; El león está en las calles.


Aun en la vejez fructificarán; Estarán vigorosos y verdes,


¿Quién contará el polvo de Jacob, O el número de la cuarta parte de Israel? Muera yo la muerte de los rectos, Y mi postrimería sea como la suya.


Ve a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio;


El indolente ni aun asará lo que ha cazado; Pero haber precioso del hombre es la diligencia.


El que guarda su boca guarda su alma; Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.


El justo aborrece la palabra de mentira; Mas el impío se hace odioso e infame.


El perezoso no ara a causa del invierno; Pedirá, pues, en la siega, y no hallará.


Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia; Mas todo el que se apresura alocadamente, de cierto va a la pobreza.


El deseo del perezoso le mata, Porque sus manos no quieren trabajar.


En aquel día sucedió que vinieron los criados de Isaac, y le dieron nuevas acerca del pozo que habían abierto, y le dijeron: Hemos hallado agua.


Y volviendo a Josué, le dijeron: No suba todo el pueblo, sino suban como dos mil o tres mil hombres, y tomarán a Hai; no fatigues a todo el pueblo yendo allí, porque son pocos.


Pasé junto al campo del hombre perezoso, Y junto a la viña del hombre falto de entendimiento;


Y he aquí que por toda ella habían crecido los espinos, Ortigas habían ya cubierto su faz, Y su cerca de piedra estaba ya destruida.


Me he desnudado de mi ropa; ¿cómo me he de vestir? He lavado mis pies; ¿cómo los he de ensuciar?


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