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Proverbios 1:19 - Biblia Reina Valera 1960

19 Tales son las sendas de todo el que es dado a la codicia, La cual quita la vida de sus poseedores.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Así terminan todos los que codician el dinero; esa codicia les roba la vida.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Así acabará cualquier hombre que vive de rapiñas: un día cualquiera la rapiña le costará la vida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Tales son las sendas del que es ávido de ganancia injusta, La cual quita la vida de sus dueños.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Tal es la suerte de quien corre tras el lucro: su avidez termina por matarle.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

19 Tales son las sendas de todo el que es dado a la codicia, la cual quita la vida de sus poseedores.

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Proverbios 1:19
21 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Alborota su casa el codicioso; Mas el que aborrece el soborno vivirá.


y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.


¡Ay del que codicia injusta ganancia para su casa, para poner en alto su nido, para escaparse del poder del mal!


Hay un mal doloroso que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por sus dueños para su mal;


no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro;


Si comí su sustancia sin dinero, O afligí el alma de sus dueños,


La sabiduría clama en las calles, Alza su voz en las plazas;


Pues vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, lo cual codicié y tomé; y he aquí que está escondido bajo tierra en medio de mi tienda, y el dinero debajo de ello.


Y le dijo Josué: ¿Por qué nos has turbado? Túrbete Jehová en este día. Y todos los israelitas los apedrearon, y los quemaron después de apedrearlos.


Su iniquidad volverá sobre su cabeza, Y su agravio caerá sobre su propia coronilla.


El cómplice del ladrón aborrece su propia alma; Pues oye la imprecación y no dice nada.


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