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Marcos 9:7 - Biblia Reina Valera 1960

7 Entonces vino una nube que les hizo sombra, y desde la nube una voz que decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Luego una nube los cubrió y, desde la nube, una voz dijo: «Este es mi Hijo muy amado. Escúchenlo a él».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 En eso se formó una nube que los cubrió con su sombra, y desde la nube llegaron estas palabras: 'Este es mi Hijo, el Amado, escúchenlo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Y apareció una nube que los cubría, y de la nube salió una voz: Éste es mi Hijo amado.° ¡A Él oíd!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Se formó entonces una nube que los envolvió, y de la nube salió una voz: 'Éste es mi Hijo amado; escuchadle'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

7 Y vino una nube que les cubrió de sombra, y desde la nube una voz que decía: Éste es mi Hijo amado; a Él oíd.

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Marcos 9:7
41 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia.


Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.


Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.


He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.


Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos.


Pero estas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.


Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.


Y yo le vi, y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios.


Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.


que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos,


Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?


Este Moisés es el que dijo a los hijos de Israel: Profeta os levantará el Señor vuestro Dios de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis.


Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos.


Los judíos le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios.


Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios?


También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto,


Por esto los judíos aún más procuraban matarle, porque no solo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.


Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel.


El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente este era Hijo de Dios.


Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios.


Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él.


Nubes y oscuridad alrededor de él; Justicia y juicio son el cimiento de su trono.


Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy.


Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo.


Y la gloria de Jehová reposó sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió por seis días; y al séptimo día llamó a Moisés de en medio de la nube.


Porque no sabía lo que hablaba, pues estaban espantados.


Y luego, cuando miraron, no vieron más a nadie consigo, sino a Jesús solo.


y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.


Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez.


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