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Marcos 4:3 - Biblia Reina Valera 1960

3 Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar;

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កំណែច្រើនទៀត

Biblia Nueva Traducción Viviente

3 «¡Escuchen! Un agricultor salió a sembrar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Escuchen esto: El sembrador salió a sembrar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Oíd: He aquí el sembrador salió a sembrar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 'Escuchad: salió el sembrador a sembrar.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar;

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Marcos 4:3
29 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?


Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña.


Ahora, pues, oh Israel, oye los estatutos y decretos que yo os enseño, para que los ejecutéis, y viváis, y entréis y poseáis la tierra que Jehová el Dios de vuestros padres os da.


El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.


El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte.


El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.


Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras.


El sembrador es el que siembra la palabra.


Entonces les dijo: El que tiene oídos para oír, oiga.


Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo;


Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar.


Oídme, duros de corazón, que estáis lejos de la justicia:


Oídme, oh casa de Jacob, y todo el resto de la casa de Israel, los que sois traídos por mí desde el vientre, los que sois llevados desde la matriz.


Por la mañana siembra tu semilla, y a la tarde no dejes reposar tu mano; porque no sabes cuál es lo mejor, si esto o aquello, o si lo uno y lo otro es igualmente bueno.


Ahora, pues, hijos, oídme, Y bienaventurados los que guardan mis caminos.


Ahora pues, hijos, oídme, Y estad atentos a las razones de mi boca.


Oye, hija, y mira, e inclina tu oído; Olvida tu pueblo, y la casa de tu padre;


Venid, hijos, oídme; El temor de Jehová os enseñaré.


Y les enseñaba por parábolas muchas cosas, y les decía en su doctrina:


y al sembrar, aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la comieron.


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