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Marcos 14:38 - Biblia Reina Valera 1960

38 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

38 Velen y oren para que no cedan ante la tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

38 Estén despiertos y oren para no caer en la tentación; pues el espíritu es animoso, pero la carne es débil.

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La Biblia Textual 3a Edicion

38 Velad y orad, para que no entréis en tentación. El espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

38 Velad y orad, para que no cedáis a la tentación; el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

38 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.

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Marcos 14:38
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Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.


Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.


Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.


Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación.


y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos, y orad para que no entréis en tentación.


Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.


Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;


Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad.


Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos.


Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.


Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.


Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.


Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor,


Vino luego y los halló durmiendo; y dijo a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora?


Otra vez fue y oró, diciendo las mismas palabras.


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