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Lucas 18:39 - Biblia Reina Valera 1960

39 Y los que iban delante le reprendían para que callase; pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

39 «¡Cállate!», le gritaba la gente que estaba más adelante. Sin embargo, él gritó aún más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

39 Los que iban delante le levantaron la voz para que se callara, pero él gritaba con más fuerza: '¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

39 Y los que iban° delante lo reprendían para que callara; pero él gritaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

39 Los que iban delante le reprendían para que callara; pero él gritaba todavía más fuerte: '¡Hijo de David, ten compasión de mí!'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

39 Y los que iban delante, le reprendían para que se callara; pero él gritaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!

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Lucas 18:39
16 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Jehová, a ti he clamado; apresúrate a mí; Escucha mi voz cuando te invocare.


Traían a él los niños para que los tocase; lo cual viendo los discípulos, les reprendieron.


respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí.


Entonces algunos de los fariseos de entre la multitud le dijeron: Maestro, reprende a tus discípulos.


Entonces dio voces, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!


También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar,


¡Ay de vosotros, intérpretes de la ley! porque habéis quitado la llave de la ciencia; vosotros mismos no entrasteis, y a los que entraban se lo impedisteis.


Estaba hablando aún, cuando vino uno de casa del principal de la sinagoga a decirle: Tu hija ha muerto; no molestes más al Maestro.


Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.


Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.


Pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: ¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David!


Jesús entonces, deteniéndose, mandó traerle a su presencia; y cuando llegó, le preguntó,


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